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Abú Mazen condena la acción y Hamas la justifica como respuesta «legítima»

Se trata del primer atentado desde que los fundamentalistas asumieron el Gobierno

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Las reacciones palestinas al atentado siguieron el guión previsto ya que de un lado el presidente de la ANP, Mahmud Abbas (Abú Mazen), expresó su condena más enérgica mientras que Hamás se mostró comprensiva con la acción del suicida.

Jaled Abú Hilal, portavoz del Ministerio del Interior palestino, en manos de los fundamentalistas desde hace dos semanas y media, marcó el tono al manifestar que el atentado era una respuesta «legítima» a las «agresiones continuas» de Israel.

«Creemos que esta operación es el resultado directo de la política de ocupación y de agresión brutal y sitio que Israel está imponiendo a nuestro pueblo», dijo Abú Hilal. Otro dirigente de Hamas, Musa Abú Marzuq, que vive exiliado en Damasco, justificó el atentado manifestando que «los israelíes deben sufrir igual que los palestinos».

El atentado de Tel Aviv es el primero desde que Hamas se hizo cargo del Gobierno de la ANP, pero las reacciones de sus líderes muestran que los fundamentalistas dan su brazo a torcer y renuncian a perseguir aquellas organizaciones que los cometen, en especial a Yihad Islámica.

Al día de hoy Hamas sigue observando la tregua que declaró hace algo más de un año, pero tras su victoria electoral de enero sus líderes dejaron claro que cesaban en su actividad armada aunque este hecho no significa su deslegitimación y la Policía palestina en ningún caso va a perseguir a los violentos.

Muy distinta fue la reacción de Abú Mazen, quien calificó el atentado de «terrorista» y se posicionó en contra de cualquier tipo de violencia contra los civiles, tanto si ésta viene de la parte israelí como si procede de la parte palestina.

La actitud de Hamas provocará nuevas presiones sobre la ANP, complicando aún más una situación de por sí difícil. Los países occidentales ya han suprimido la ayuda financiera a la ANP y nada parece indicar que vaya a cambiar esta actitud, máxime cuando Hamas insiste en defender la lucha armada contra la ocupación.

El precio a pagar

La infiltración del suicida, oriundo del área de Yenín, pone en cuestión la efectividad del cierre total que Israel ha impuesto en los territorios ocupados y que entró en vigor el mes pasado. Ejército y Gobierno israelíes manifestaron que a pesar de las precauciones resulta inevitable que algún suicida consiga infiltrarse, «ese es un precio que Israel tiene que estar dispuesta a pagar».

El primer ministro electo, Ehud Olmert, tuvo que hacer frente a la primera situación de este tipo antes incluso de haber formado gobierno y haber jurado el cargo. «No es algo que no temiéramos que pudiera ocurrir. Las organizaciones terroristas no cesan y aprovechan la menor ocasión para atentar dentro de Israel», señaló Olmert.

Con la diligencia habitual en estos circunstancias, la Casa Blanca condenó el atentado. Un portavoz del presidente Bush manifestó que se trataba de un «horrible acto de terrorismo que carece de excusa». Durante toda la tarde se produjo un rosario de condenas de los países occidentales que se sumaron a la de Washington.