Viernes de Pasión

Un Viernes de Dolores para la historia

La orden religiosa de Servitas abre diez días de ilusión para los cofrades

Cádiz Actualizado: Guardar
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A las siete en punto de la tarde y con gran expectación por parte de los cientos de gaditanos que esperaban en la calle Sagasta, plantaban los 'Servitas' su cruz de guía en el dintel de la Iglesia de San Lorenzo, iniciando así una salida procesional histórica, puesto que hacía más de un siglo que no lo hacían en esta jornada de Viernes de Dolores, víspera de la Semana Santa. Fue en 1881 y a petición del ilustre alcalde de Cádiz Don Cayetano del Toro y Quartilliers y con la intención de potenciar la Semana Mayor gaditana, cuando la Orden Seglar de los Siervos de María, decidió procesionar en la tarde-noche del Domingo de Ramos, pasando ya a finales de los sesenta a hacerlo en la mortecina jornada del Viernes Santo.

«Tenemos una gran ilusión con este cambio de día» nos comentaba el conocido cofrade y miembro de la Orden, Ramón Fernández ,en los momentos previos a la salida; «ha venido mucha gente de fuera para ver a la Virgen y es beneficioso para Cádiz y su hostelería al haber un día más de procesiones en la calle», siguió comentando.

El cortejo, donde destacan sus añejas y valiosas insignias, se ha presentado con sus filas de hermanos más nutridas de lo que venía siendo habitual, vistiendo éstos sus característicos hábitos compuestos de túnica, escapulario y antifaz de color negro.

La cuadrilla de hermanos, comandada por el veterano capataz Julio Reyeros, realizó la dificultosa maniobra de salida sin mayores problemas mientras sonaba la marcha Memoria Eterna que fue interpretada después del Himno Nacional por la magnífica banda portuense Maestro Dueñas.

El palio que cobija a la Virgen de los Dolores Coronada, obra maestra de la escuela imaginera gaditano-genovesa, tiene orfebrería de Seco Velasco y de Viuda de Villareal, siendo las bambalinas y el techo obra del afamado taller de bordados de Esperanza Elena Caro. El paso se puso en marcha elegantemente , camino de la Santa Iglesia Catedral, al son de la marcha Virgen del Valle , la primera de muchas de las que acompañan a la Virgen en su sobrio y elegante caminar por las calles de Cádiz.

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El exquisito exorno floral que adornaba las andas estaba compuesto por calas en el friso del paso y dendrobiums blancos formando buqués cónicos y en espiral en las jarras. También lució la Señora su habitual manto de terciopelo negro y bordados en oro, joya del siglo XVIII y su antigua saya.

Un conjunto vocal e instrumental llamado Sequentia, formado por cinco cantores y un fagot, que interpretaba obras sacras de los siglos XVI y XVII cuando el paso estaba parado, fue la gran novedad a la que hay que sumar el nuevo juego de dalmáticas de terciopelo negro y damasco celeste para los acólitos.

Esta procesión ha puesto la guinda a una gran jornada de vísperas en la capital, donde hubo multitud de actos cofrades, viviéndose un gran ambiente en las calles e iglesias de la ciudad.

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