Venta ambulante

El Piojito vuelve a Cádiz «a medio gas»

Los vendedores ambulantes siguen demandando al Ayuntamiento gaditano la instalación del 100% de los puestos y la condonación de las tasas hasta que finalice el año

Este lunes ha vuelto el Piojito a Cádiz con todas las medidas de seguridad. Nacho Frade

Almudena del Campo

Después de más de tres meses sin instalar sus puestos, los vendedores ambulantes del tradicional mercadillo de los lunes, el Piojito, han vuelto a la Avenida de la Bahía de la capital, en la barriada de la Paz aunque «a medio gas».

Y es que, a pesar de haberlo intentando durante las negociaciones con el Ayuntamiento de Cádiz, tan solo se han podido instalar la mitad de los puestos para respetar las medidas de seguridad impuestas por el Gobierno de la nación y aplicadas por las administraciones locales con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus.

El Piojito regresa a la capital aunque sometido a una serie de restricciones y de normas a respetar tanto por vendedores como por clientes. Distancias de seguridad entre los puestos, la obligatoriedad de utilizar mascarillas y de geles hidroalcohólicos y una única hilera de puestos de cara al mar para evitar aglomeraciones de público que puedan provocar riesgo de contagios entre la población.

Así, durante estas primeras semanas y hasta que haya nuevas instrucciones por parte de las autoridades sanitarias y del personal técnico municipal, solo se podrán instalar un 50% de los puestos autorizados que se irán alternando de semana en semana .

Esta medida no convence en absoluto a los vendedores, que se quejaban en este primer día de Piojito de las pérdidas que han tenido en los últimos meses con motivo de la crisis del Covid-19 .

Antonio es padre de familia numerosa y, aunque ha tenido que aceptar con resignación las condiciones impuestas por el Ayuntamiento para instalar sus puestos, aseguraba que « necesitamos ayudas porque durante todo este tiempo no hemos ingresado nada, no hemos podido comprar nueva mercancía y para colmo ahora no podemos trabajar todas las semanas, sino una sí y otra no. Esta medida nos afecta de lleno».

Insistía en que es necesario que desde las administraciones « nos apoyen en este momento porque nuestra economía depende de esto» y anuncia que la próxima semana habrá una protesta en Sevilla para reclamar más ayudas para la venta ambulante «claramente perjudicada en esta crisis».

Lleva años montando su puesto tanto en Cádiz como en otras poblaciones vecinas y se ha encontrado esta mañana que en mitad del espacio destinado a su puesto había una palmera, «por lo que hemos tenido que adaptarnos a estos obstáculos ». Al puesto de al lado le ha ocurrido lo mismo pero con un banco, ya que se han tenido que desplazar los puestos hasta el límite de paseo para garantizar las distancias de seguridad para los clientes.

Todos los puestos, fijos

El sol apretaba a medida que discurría la mañana y Santiago comenzaba a vender los primeros refrescos pero en unas condiciones bien diferentes a las de antes ya que no se puede mover caminando con su carrito por el mercadillo sino situarse en un punto fijo.

Aunque estaba satisfecho con la vuelta del Piojito porque « en casa no ganábamos nada » aseguraba que ha vendido mucho menos que antes ya que, al no poder moverse, ha perdido muchas ventas entre los puestos pero «poco a poco».

Una vendedora de un puesto con bolsos comentaba que «es el primer día y de momento no ha habido muchas ventas pero es que hay mucha gente que no se ha enterado de que hoy volvíamos aquí». Añadía que «muchos hemos rebajado los artículos ya que durante el estado de alarma nos ha sido imposible adquirir nueva mercancía y sabemos que la gente está peor de dinero tras esta crisis».

Manuel Vargas, que regenta un puesto de ropa, estaba pendiente en todo momento de que no entrase nadie en su puesto si no se había lavado las manos previamente con el gel hidroalcohólico coolocado a la entrada del mismo. «Por favor señora, es necesario echarse el gel si va a tocar la ropa para que no haya riesgo de contagios. Muchas gracias », comunicaba a sus clientes antes de entrar, algo que era muy bien recibido por parte de los ciudadanos, todos ataviados con mascarilla.

Condonación de las tasas

Entre las principales demandas de los vendedores está, además de poder instalarse la totalidad de los puestos , la condonación de las tasas hasta que finalice el año, solicitud que de momento no ha sido aceptada por el Consistorio gaditano.

Manuel, que procede de Lebrija, apuntaba que en dicha localidad de la provincia de Sevilla, sí que les han eximido de pagar las tasas no solo durante el estado de alarma sino durante todo el año .

Las tasas son semestrales aunque, recordaban, «en teoría solo pagamos el día que nos instalamos».

Por otro lado, insistía en que «encima de que nos tenemos que poner semanas alternas, si nos toca un día de levante, que es muy normal en Cádiz, perdemos el día y no nos lo podemos permitir».

Al principio de la mañana, la presencia de clientes era muy tímida pero a medida que han ido pasando las horas, el Piojito se ha ido animando y, aunque muchos se quejaban de que no vendían nada y que la gente pasaba de largo, otros han culminado la jornada satisfecha, al menos, con la vuelta a esta «nueva normalidad» .

No obstante, otra de las quejas comunes entre los vendedores es que a pesar que la desescalada ha comenzado hace unas semanas « en Cádiz hemos empezado demasiado tarde con esto. Esperemos que a lo largo de las próximas semanas mejoren nuestras condiciones», sentenciaba uno de los vendedores.

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