Cultura

La joya romana de Cádiz se abre al Pópulo

Decenas de personas visitan el Teatro Romano el día de su reapertura tras seis años cerrado

Cádiz Actualizado: Guardar
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Media vuelta, o lo que es lo mismo, un giro de 180 grados. En términos numéricos, es el cambio más sustancial y notable que ha experimentado la joya romana de Cádiz. El llamado Teatro de Gades ha dejado de mirar al mar para involucrarse en la historia de su barrio, el del Pópulo.

Muchos fueron los visitantes que esta mañana mostraban su extrañeza cuando se encontraban la que hasta ahora era la entrada principal del Teatro Romano de Cádiz, la del Campo del Sur, cerrada a cal y canto y con los carteles de obras aún en su fachada. «¿Pero la apertura no era hoy?», preguntaba una mujer a su marido mientras otros visitantes les respondían de forma detallada sobre el camino que tenían que seguir hasta la entrada.

«Tienen que entrar en el Callejón del Duende, en mitad del Pópulo», aseguraban. Eso sí, ningún cartel oficial de información al respecto.

Y así emprendían su peregrinaje por el histórico barrio medieval decenas de personas, la gran mayoría, gaditanos, que ayer no quisieron perderse la reapertura de uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. Una expectación que ya se ha dejado sentir entre los negocios de la zona, con sus puertas abiertas a la espera de poder recoger los beneficios después de seis años de obras y ruido.

Los primeros que tuvieron el privilegio de pisar el histórico suelo fueron los escolares del colegio Vicente Tofiño de San Fernando, que a las diez de la mañana ya esperaban al guía turístico que les adentraría por unas instalaciones que ayer brillaban con luz propia. Todo preparado para la ocasión y adelantando incluso su horario de apertura, fijado a las 11 horas en los días laborables.

De hecho, a las once menos cuarto, los más madrugadores ya hacían cola en la puerta a la espera de poder ser los primeros en visitar las renovadas instalaciones y poder comprobar in situ el trabajo realizado por la Administración autonómica, no solo para poner en valor el propio Teatro sino también una finca como la Posada del Mesón, que ahora se ha convertido en el punto de partida de la visita. «Nos hemos enterado por la prensa y hemos venido para acá», aseguraba uno de los visitantes.

Del edificio de la Junta salen precisamente las escaleras metálicas que dan acceso a la galería que ha sido excavada y remodelada con nuevas estructuras, como el pavimento, «que va a permitir seguir con las visitas incluso cuando llueva, un condicionante que con anterioridad obligaba incluso a cerrar las instalaciones», ha asegurado Francisco Alarcón, responsable del teatro, que ha destacado el trabajo que se ha realizado en la zona situada en la zona de la orchestra y la proedria, donde se ha eliminado parte de su relleno, y donde están previstas nuevas intervenciones.

El interés que ha provocado el Teatro Romano se ha dejado notar desde primera hora de la mañana y pasadas las doce del mediodía el número de visitantes ascendía a casi doscientos, consiguiendo en apenas dos horas la cifra media de visitas del Centro de Interpretación. «Pues creíamos que no se podía visitar el teatro. Veníamos a Centro de Interpretación y nos hemos llevado una sorpresa», afirmaba una turista de Zaragoza que se encuentra en la ciudad pasando unos días.

Un gran interés ha suscitado también la edificación entre el gremio de arqueólogos, arquitectos e historiadores, de los primeros en realizar la visita. «Es una pena la grúa en mitad del graderío. Impide que tengamos una visión más real de lo que fue este excepcional emplazamiento», aseguraba un estudiante en Historia, que se dejó fotografiar sentado sobre un graderío al que ya se puede acceder a través de una plataforma de madera instalada para la ocasión.

No obstante, eran los vecinos del Pópulo los más felices por la recuperación de un atractivo turístico que consideran propio, que se aferra a sus raíces y a sus entrañas. Un cofre del tesoro que ya tiene la llave para mostrar su monumental riqueza cultural. Otro atractivo más por si no fuera suficiente con su propia historia. Una historia que ayer volvió a revivir los tiempos pretéritos de aquella Cádiz romana. Un teatro que vuelve a ser teatro.

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