TURISMO

Enamorados de Cádiz a primera vista

Eric Contey Vitore Zanardi llegaron a Cádiz de casualidad después de recorrer España buscando un edificio con encanto

Eric y Vittore en la planta ático con el conjunto monuental de la Casa de las Cuatro Torres detrás. J. Jiménez

S. CANTOS

Llegaron de casualidad a Cádiz tras recorrer España buscando comprar un edificio donde fijar su residencia y montar su negocio: un alojamiento con encanto. Tras visitar infructuosamente 8.000 propiedades, desde la Costa Brava hasta Jerez , vinieron sin planes un par de días a Cádiz para hacer tiempo ante de coger el avión de vuelta a Londres. Aquí empieza el principio de esta historia. «Fue salir de la estación del tren y enamorarnos de Cádiz» , cuenta Vittore. Este «amor a primera vista» sucedió en diciembre de 2014. Volvieron en enero para conocer mejor la ciudad y, convencidos de que Cádiz era justo el lugar donde querían vivir, se instalaron en la ciudad para buscar un inmueble que se adaptara a la idea de alojamiento que tenían.

En Cádiz visitaron 45 edificios antes de comprar la finca de la Plaza de España

Visitaron 45 edificios en Cádiz, «muchos se vendieron a hoteles» y solo dos se ajustaron a lo que buscaban. Desde el principio vieron la Casa del Cónsul, conocida por los vecinos de la zona como la Casa del Cura, en alusión al último inquilino que tuvo la casa hace más de 30 años, pero el precio que pedían era muy elevado para su presupuesto y la desecharon. «Era nuestro sueño porque cumplía con nuestros deseos: vistas al mar, una torre mirador y frente a una plaza» , apunta Vittore.

Una llamada inesperada

Siguieron su prospección en el mercado inmobiliario gaditano y encontraron otra, en este caso dos fincas contiguas en el casco antiguo que estuvieron a punto de comprar pero estando en el notario, bolígrafo en mano a punto de firmar la compra, una llamada de teléfono abortó la operación. Cual película pero en la vida real. En ese momento llevaban un año en Cádiz y se acababan de quedar sin la deseada finca para su proyecto de negocio y vida. «Nos quedamos muy tristes después de eso».

Al día siguiente todo dió un vuelco. Recibieron la llamada del propietario de la casa de la Plaza de España, que había estado de viaje y no había podido contactar, diciendo que negociaba el precio. Hubo acuerdo y el 10 de julio de 2015 Eric y Vittore se convirtieron en los nuevos dueños . Desde ese momento hasta hoy han mediado tres años y una obra de rehabilitación exquisita no exenta de complicaciones (la empresa constructora los dejó tirados a mitad de la obra). El esfuerzo ha merecido la pena.

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