Cádiz

Un edificio en la calle Calderón de la Barca, señalado por su impacto visual

La Asociación en Defensa del Patrimonio de Cádiz (ADIP) recibe numerosas denuncias ciudadanas tras la reforma de una finca en el casco histórico

La fachada señalada en el centro de Cádiz. Antonio Vázquez

Fran M. Galbarro

La arquitectura de un nuevo bloque de viviendas en la calle Calderón de la Barca, situada en el casco histórico de Cádiz , ha sido señalada en las últimas semanas por el impacto visual que produce en el entorno. Las críticas se han trasladado a las redes sociales, donde muchos gaditanos han expresado su asombro por este edificio aún en obras.

De hecho, la Asociación en Defensa del Patrimonio de Cádiz (ADIP) ha recibido numerosas denuncias a través de sus canales de comunicación. «Hay una cierta crispación ciudadana por lo que desentona este edificio en el conjunto monumental-urbanístico de la ciudad», explica Moisés Camacho, presidente de la entidad.

La Comisión Municipal de Patrimonio Histórico dio los permisos necesarios a la rehabilitación de la finca por parte de la constructora. Las críticas se centran en que la obra no ha respetado la moral de conservación del entorno.

«El arquitecto emplea un lenguaje moderno . Hay cierta descontención o atrevimiento en el cercado abultado con lenguaje marcadamente contemporáneo en la fachada», describe Julio Malo, experto en arquitectura en la ciudad y columnista de este medio.

«Desde nuestro punto de vista no sólo es que no respete la conservación, es que es un parche más de los muchos que se están cometiendo en lo que sería uno de nuestros principales valores: la entramada urbanística del siglo XVIII-XIX. No vemos correcto que el centro histórico, con un valor intrínseco en sí, se vea contaminado con estas construcciones », opina Camacho.

A juicio de la Asociación en Defensa del Patrimonio de Cádiz «no es un caso aislado» . De hecho, temen «que se repita en el tiempo», «como ha ocurrido en otras ocasiones en algunas casas y en algunos edificios como el Teatro del Títere, el Hotel Atlántico, etc».

Julio Malo entiende las críticas, aunque considera que, pese a que la fachada puede llamar la atención, la arquitectura del edificio «no es un disparate». « No tiene nada que ver con otras barbaridades que se han hecho por el pasado . Por eso ha pasado por la Comisión de Patrimonio», plantea. Además, entra en el debate arquitectónico y se muestra a favor de «introducir arquitecturas modernas en el centro histórico», siempre que «se contextualicen adecuadamente».

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