PADRÓN

Cádiz baja por primera vez de los 120.000 habitantes

La capital gaditana sigue perdiendo población y cae hasta el tercer puesto superada por Jerez y Algeciras

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La capital gaditana continúa perdiendo población y por primera vez en tres décadas baja de los 120.000 habitantes. Ese es el triste dato que recoge la actualización del padrón que ha dado hoy a conocer el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En este último año la sangría ha sido de 1.548 vecinos que han fallecido o han dejado de residir en la ciudad. Ya el balance de nacimientos y defunciones que se publicó hace apenas una semana presagiaba un resultado parecido, pero no se esperaba tal impacto.

El descenso demográfico trae consigo no sólo el pesimismo, sino que la capital de la provincia se vea superada por otra ciudad que siempre ha permanecido detrás. Se trata de Algeciras, que ha tenido una tendencia contraria y supera por primera vez esa barrera al contar con 120.601 personas censadas en su término municipal.

El incremento ha sido progresivo en las últimas dos décadas, en las que ha ganado casi 20.000 habitantes. Entonces le separaban casi 50.000 de Cádiz, que en el mismo tiempo se ha dejado por el camino un 18% de su padrón.

Jerez también ha sufrido su pequeño varapalo. La pérdida de población ha sido mínima, aunque es la primera en casi veinte años. El censo se ha estancado durante este 2016 con 46 vecinos menos y deja un total de 212.830. Sin embargo, el atractivo precio de la vivienda y su ubicación estratégica con buenas conexiones de transporte ha sido determinante para mantener ese pulso durante todo este tiempo, incluso cuando la natalidad caía en picado por los efectos de la crisis. En estas dos últimas décadas la ciudad ha ganado más de 30.000 vecinos, especialmente durante la época del boom inmobiliario cuando se construyeron los grandes residenciales y nuevos núcleos urbanos.

Si bien desde hace años la ciudad de Cádiz pierde habitantes -en gran medida en favor de poblaciones de la Bahía de Cádiz donde las viviendas son más baratas y tienen una mayor oferta residencial al contar con más suelo para crecer a diferencia del término municipal de Cádiz- este último descenso ha sido el más significativo.

La secuencia de las cifras oficiales en la capital gaditana en los últimos diez años evidencia el envejecimiento paulatino de la población y un repunte en la emigración, bien a ciudades vecinas, a otras provincias o al extranjero.

Por sexo, en el último año se fueron 638 hombres y 910 mujeres, lo que deja al descubierto las dificultades de las mujeres para encontrar trabajo y la necesidad de unas políticas a nivel nacional, regional y local que favorezcan la contratación, el emprendimiento y la conciliación, además de la igualdad de oportunidades. Esto contrasta con la realidad en la esfera local de Cádiz, donde el Ayuntamiento gobernado por José María González inició la legislatura asegurando una apuesta por las mujeres en este sentido que, a día de hoy, no se han materializado y el órgano afín para llevarlo a cabo -la Fundación Municipal de la Mujer- carece de una dirección al respecto y ha sido incapaz en un año y medio de seleccionar a una gerente.

¿Qué pasa en la Bahía de Cádiz?

En el entorno de la Bahía, Chiclana por primera vez en la década pierde población, aunque sólo 132 habitantes y ello tras haberse sumado en su padrón en la última década un total de 8.384 ciudadanos.

El Puerto de Santa María, por su parte, también pierde algo de población en el último año, 151 vecinos aunque, en una situación parecida a la de Chicana, en la última década su padrón ha sumado 3.067 habitantes.

San Fernando sigue la estela de la caída de población y pasa de 96.131 habitantes a 95.949 perdiendo 182 altas en el padrón. El comportamiento de la población en La Isla ha seguido la misma pauta que otras localidades de la Bahía y, a pesar de esta pequeña caída en el número de habitantes, en los últimos diez años ha sumado 923 ciudadanos a su término municipal.

Puerto Real tampoco es excepción y en el último año ha registrado 42 bajas en su padrón situándose en el último censo oficial del INE en 41.467 habitantes. Esta caída es poco significativa máxime teniendo en cuenta que hace diez años su población era de 38.974 personas.

Esta secuencia de la población permite comprobar varias cosas. Por un lado, que desde hace un año ha cambiado la tendencia alcista de la población de las ciudades cercanas a Cádiz. Por otro, que estas localidades de la Bahía -sin contar a la capital- sumaron en la última década 14.867 vecinos nuevos en conjunto. Por último, que esa cifra en números positivos está en consonancia con los 9.635 vecinos que dejaron de vivir en Cádiz en esos mismos años para establecerse, probablemente buena parte de ellos, en las ciudades de la bahía.

Es una realidad irrefutable que muchos gaditanos tienen a algún familiar, amigo o conocido trabajando fuera, voluntariamente o por no encontrar trabajo en Cádiz. Y no menos real, aunque no existan datos oficiales cruzados al respecto, es que una mayoría de gaditanos tiene a amigos, familiares o conocidos que, trabajando y viviendo en Cádiz, decidieron irse a vivir a Chiclana, El Puerto, Puerto Real o San Fernando, donde es más barato alquilar o comprar un piso siendo, por tanto la vivienda en el caso de la emigración de Cádiz, un detonante fundamental y no sólo exclusivamente la falta de empleo.

En este sentido, cabe recordar que la tasa de desempleo de la capital en la última década ha sido muy alta si bien siempre ha estado varios puntos por debajo de la media provincial y ha tenido un comportamiento más o menos parejo al resto de las poblaciones de la Bahía con lo cual la vivienda ha constituido un criterio decisivo para la movilidad geográfica de la ciudad de Cádiz hacia la Bahía.

Por ello, las políticas de vivienda y las políticas de formación y fomento del empleo son dos pilares en los que Cádiz puede apoyarse para evitar perder más población. En el primer caso, existe la rémora de un municipio con el suelo casi colmatado y con algunas promociones de viviendas sociales pendientes de construir desde hace años, como es el caso de las 102 pendientes en Matadero, aunque el gobierno andaluz no habla de construirlas de momento aduciendo motivos económicos.

Por su parte, el Gobierno local no ha dado hasta ahora pasos en materia de rehabilitación de vivienda ni ha puesto en marcha nuevos mecanismos para facilitar la vivienda o el alquiler social y mucho menos ha cumplido la promesa de 'nadie sin un techo' y 'ni un desahucio más'. En el horizonte cercano tiene el reto de aplicar el programa de Alquiler Justo -recientemente aprobado en el Pleno- y comprobar el alcance del mismo en la práctica.

En el segundo caso, la paralización de las políticas activas de empleo de la Junta durante un lustro no ha contribuido a frenar el desempleo. Según anunció la semana pasada, en 2017 se reactivarán. Los ciudadanos, los que se quedan y los que se van, saben hasta donde llegan los mensajes y los gestos políticos. A falta de lo importante, los hechos, el concepto de mancomunidad sigue sin calar en la sociedad gaditana.

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