TRIBUNALES

El médico de la anciana fallecida en una residencia de Chiclana señala a las enfermeras

El doctor investigado dice que no le informaron de que la evolución de la mujer que murió por una grave infección generalizada fuera desfavorable

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No se le informó de que la evolución fuera desfavorable. El médico jubilado que estaba al cuidado de la anciana fallecida por una grave infección en una residencia de Chiclana ha declarado este lunes ante el Juzgado Mixto número cuatro de Chiclana en calidad de investigado y ha descargado así su supuesta responsabilidad en la muerte de esta residente sobre las enfermeras que la atendían.

El procesado ha asegurado no recordar exactamente la fecha en la que se le informó del empeoramiento de la paciente pero que la primera vez pudo ser el 30 de diciembre a pesar de que el día 11 sí había quedado registrado en otro libro de incidencias que, según ha explicado, no era el mismo que él miraba cada mañana.

Al respecto del estado de salud que tuvo en sus últimos días en la residencia la fenecida sí ha aclarado que la anciana padecía de «varias enfermedades» además de dos úlceras que, según ha afirmado, fueron tratadas por el equipo de enfermería. Él las revisaba «de vez en cuando y tardaron 5 ó 6 meses en curarse» pautando cambios posturales cada cuatro horas.

A partir de entonces, el médico sostiene que el tratamiento que le puso a la paciente era «el adecuado» y que quedó a la espera de que las enfermeras le mantuvieran al tanto de la evolución. Ha asegurado además que no se le informó de que su progreso fuera desfavorable y que al estar ya pautado consideró que se le estaba continuando el tratamiento. El médico ha insistido en su declaración que el seguimiento de las úlceras lo hacía en función de la petición que le hacía el cuerpo de enfermería.

Cabe recordar que el juzgado investiga la muerte en febrero de 2015 de esta anciana que se encontraba en la citada residencia de mayores, al considerar sus familiares que hubo una demora injustificada en el traslado de la mujer a un hospital para ser tratada de una úlcera en un pie que terminó en una sepsis generalizada. El informe forense, al que tuvo acceso LA VOZ, concluye que existió «omisión del deber de cuidado ya que la paciente no fue asistida en relación a la patología que le fue diagnosticada ni se pusieron en marcha los medios y el cuidado necesario para el diagnóstico y tratamiento del proceso padecido. V. R. murió en febrero de 2015.

En una nota, el abogado de la acusación, José Luis Ortiz, ha afirmado que «la estrategia de la defensa ha consistido en la estrategia del ventilador, en repartir la responsabilidad a diestro y siniestro, echando la culpa a todo el cuerpo de enfermería».

Por ello, ha indicado que está valorando la posibilidad de tomar declaración a las enfermeras que estaban trabajando en la residencia en el momento de los hechos. Además Ortiz ha señalado que el médico contaba con 70 años entonces, «por lo que se entiende que se encontraba jubilado» y por lo que va a solicitar «que se aporte a la causa el contrato de trabajo que le vinculaba con la residencia».

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