Innovar «bajo cero» en Cádiz

A la hora de pedir una copa podemos encontrar ya cubitos de distintos colores y formas; la oferta que ha llegado a Cádiz

C. CHERBUY

Nadie le presta demasiada atención, por eso quizás no se considera tan importante, sin embargo resulta ser un elemento esencial a la hora de refrescarse. Y es que, de este minúsculo elemento depende que una bebida esté realmente fría sin que se agüe o pierda fuerza o sabor. En este sentido hay que hacer una matización, ya que nadie le presta demasiada atención hasta que faltan. Se trata de los cubitos de hielo , un tema que en un principio puede parecer baladí, pero que para nada lo es.

Menos aún si se tiene en cuenta sus cifras. Según los estudios realizados c ada español consume entre 400 y 500 cubitos de hielo al año , lo que sitúa a España a la cabeza de Europa en consumo. Pero además, el hielo también se exporta y se ha convertido en un negocio que genera más de 500 millones de euros anuales.

Y hay que decir que está en auge ya que cada vez se presta más atención a su forma, textura, color y se buscan distintas combinaciones a la hora de presentar una copa. Ha surgido todo un mundo de posibilidades en este sentido y cada vez son más las personas que demandan un trato singular a la hora de tomarse una bebida y en este sentido la manera en la que se conforma su contenido resulta esencial. De ahí que los cubitos de hielo sean cada vez más importantes .

Y es que el consumidor también demanda calidad en este producto. Como se ha dicho no se le presta mucha atención hasta que falta y sobre todo cuando desaparece muy rápido del vaso. Por ello el aguante es importante y las fábricas de hielo orientan sus esfuerzos a conseguir eso y que se vea además limpio y transparente para que dé esa sensación de que no modifica a la bebida. Pero los fabricantes, atentos a las tendencias, también quieren que cobre un protagonismo visual y que sea cada vez más llamativo, de modo que al escoger un sitio para tomar una copa se haga también por el tipo de hielo que ofrece, o dicho de otra forma por como presenta la copa, en lo que el hielo tiene gran peso.

De esta manera, una de las últimas novedades del sector se encuentra en la creación de cubitos de hielo y en Cádiz hay sólo un fabricante que cuenta con la patente para poder distribuirlos. Es Hielo Alvarado y su responsable Rafael Alvarado , realizó un trabajo profundo para conseguir cubitos de hielo de color azul, rojo, verde y amarillos, aunque son los primeros los que más salidas están teniendo, debido al efecto que producen en la copa, sobre todo cuando pasan unos minutos y el cubito se vuelve azul intenso.

«Lo cierto es que en Cádiz aún cuesta que el hostelero apueste por este tipo de hielos que da una mayor presencia a las bebidas y los cócteles. En este sentido es más reacio que en otros lugares, pero es también una forma de diferenciarte sobre todo ante un consumidor más exigente y que quiere que se le sorprenda».

En este sentido habla del principal hándicap a la hora de vender el producto, que no es otro que el precio. Y es que una bolsa de cubitos de hielo sale más cara que los normales «y aquí se mira mucho el precio. Pesa más el ahorro del coste que el diferenciarte o llamar la atención de los clientes, pero yo quería hacer algo distinto, soy muy inquieto y me gusta innovar».

Y es que en el mundo del hielo el reinventarse también es importante. «Además de fabricar hielos de colores también ofrecemos hielos denominados ‘premium’ que son tallados a manos para lograr formas perfectas como una bola totalmente transparente o un cuadrado. Esto es ya otro mundo».

Y vaya si lo es porque son hielos que viene en cajas especiales para que se acompañe a la copa y sea el propio consumidor quien, aconsejado por el personal, elija el hielo que más les guste y sea más adecuado para su copa. «Es sin duda una manera exclusiva de presentar el hielo y una experiencia que marca al consumidor, además en el cómputo de lo que cuesta una copa hace que sea rentable, si bien el cubito de hielo normal siempre sale más barato». Y es que este tipo de hielos, sobre todo los de colores, están más controlados y tienes inspecciones y requerimientos de datos con mayor continuidad que los normales. Pero es necesario, ya que cuando se compara hielos resulta que el cliente español es el más exigente y lo quiere transparente que esté suelto y que el cubito sea todo hielo, es decir que no tenga huecos. Algo en lo que se concentran las fábricas y que resulta complicado lograr a nivel de hostelería.

Son muchas las fábricas de hielo que se encuentran instaladas en la provincia de Cádiz . Y ellas son un índice perfecto para calibrar cómo va la temporada de verano, porque es desde mayo y hasta septiembre (con la subida de las temperaturas) cuando las fábricas trabajan los siete días de la semana en jornadas de 24 horas.

En este sentido Rafael se muestra algo sorprendida porque a pesar de que «está haciendo menos levante que el año pasado lo que invita más a salir, las ventas el año pasado fueron mejores. Tal vez se ha espantado a parte del turista que vino el año pasado y se encontró con tantos días de levante y no ha decidido repetir. Además este verano ha habido olas de calor pero que se concentran en unos días y luego bajan bastante las temperaturas».

Un cómputo de motivos que hace que aunque se trate de una buena campaña no sea tan buena como se esperaba que fuera, al menos en la provincia. Aún así hay que destacar que en torno al 60% de las ventas de cubitos se dirigen a la hostelería, que utiliza el hielo fundamentalmente para servir refrescos y bebidas alcohólicas, y donde la positiva evolución del turismo también se ha notado en los últimos años.

Precisamente ha habido años en los que no han dado abasto e incluso se han quedado prácticamente sin hielo que abastecer . Unos problemas que no parecen que vayan a producirse en esta temporada estival. Y eso que en junio hubo cierta alarma ante unas olas de calor que luego vinieron acompañadas por un descenso de la temperatura y un verano típico que ha permitido regularizar las reservas.

Y al contrario de lo que se piensa, no es un lugar donde disfrutar de un verano con un trabajo con bajas temperaturas. Al contrario el estrés de esotos meses hace que en las fábricas todos vayan deprisa de un lado para otro y solo aquellos que entran en las cámaras puedan realizar su trabajo bajo cero, ya que los demás están repartiendo de forma continua. Unas entradas y salidas que hacen que el contraste de la temperatura sea lo que más se note, poniéndo especial atención a que no afecte a las cámaras, puesto que cualquier descuido puede ser fatal, ya que como se ha expuesto el cliente es cada vez más exigente y el hielo que no cumple ciertos requisitos de uniformidad, color, textura, tamaño, es inmediatamente rechazado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación