poster Vídeo
cádiz

La nueva política se parece de forma sospechosa a la otra

El Ejecutivo local ofrece una asamblea en la evocadora plaza del Palillero para hacer balance de sus primeros cien días

josé landi
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En lo bueno y en lo malo. En la salud y en la enfermedad, la nueva política se parece mucho a la anterior. El alcalde abre a las siete y mucho de la tarde una asamblea convocada para analizar los primeros cien días del Gobierno local. Asegura que viene, con sus ediles, «a dar la cara». Repite el eslógan de su toma de posesión, hasta tres veces en la velada: «Podremos cometer cien errores pero nunca olvidaremos nuestras lealtades».

Proclamas en la tierra santa del Palillero. Allí, en la plaza pequeña y triangular, sembraron unos cuantos optimistas la semilla de la indignación hace cuatro años. De aquellos polvos, estos logros: la Alcaldía. Pero una vez conseguida, los que anunciaban tiempo nuevo se comportan como representantes del antiguo régimen.

«Esto es democracia en estado puro. La política real, con mayúsculas», dice José María González para abrir la asamblea. Asegura que contará lo que han hecho, logros y errores. De lo último, tres horas después, ni rastro. Coincidencia de la nueva política con la de siempre. La autocrítica, para otro día. Anecdotario ilustrativo: el regidor tira dos micrófonos del escenario sin querer: el de Canal Sur y el de Onda Cádiz. Dice que estos últimos son «los nuestros» y un espectador le contradice con un bastinazo. Poco tiempo para que todo el mundo cambie de opinión.

Hay unas 500 personas. La media de edad es alta. Nada de mayoría perroflauta ni hippie. Pocos en edad de merecer. Son más numerosos los talludos con curiosidad intelectual por lo que se cuece en la ciudad, por lo que viene o ha llegado. Empiezan a desfilar los concejales, uno tras otro, para hablar de sus áreas, de sus logros. María Romay es la primera.

Los concejales, por turnos

Como los que le seguirán, habla del esfuerzo que ha supuesto «cambiar las estructuras». Asegura que hay muchos clubes deportivos a los que atender y lamenta que el Portillo ya no esté entre las instalaciones disponibles. Luego analiza el área de Juventud. Dice que «o está al servicio de la gente o no tiene sentido». La gente, siempre la gente. Qué será eso. Incluso a los niños quiere escuchar «con sus voces pequeñitas».

Asoman por la plaza exconcejales del PP, como José Antonio Guerrero, y excandidatos de Ciudadanos, como Ignacio González Dorao. Representan a los curiosos que han ido a ver qué se cuece. No hace falta pertenecer a ningún partido, a ninguna lista, para tener inquietud.

Van pasando todos los concejales. Martín Vila, con tono inaudible, dice que «es bonito estar» en esa plaza, en esa tarde de otoño. Habla de movilidad, de edificios vacíos, de expolio, de carriles-bici, de ensanchar aceras y plantar plantas. Muy bucólico. Luego llega Ana Fernández, para seguir con la teoría: «Tenemos que dejar atrás la política asistencial para conseguir que todo el mundo tenga derecho a vivienda y servicios».

Adrián Martínez de Pinillos, el hombre que más juego ha dado desde Pepe Mejías, asegura que vienen «a mejorar la vida de la gente, a cambiar la forma de gobernar». Ana Camelo y Rodríguez Bauza tiran de galones. Elevan el tono, hablan como sindicalistas, con tono mitinero: «Hemos tenido más reuniones con los trabajadores municipales en estos cien días que el PP en 20 años». Arrancan aplausos espontáneos, los dos. Los primeros. Uno tras otro, todos los concejales. Sin autocrítica. Todo voluntarismo y dialéctica electoral.

Vuelve el alcalde. «Nos decían que Cádiz estaba como la plata, que era la ciudad que sonríe y era mentira». Vuelve a repetir lo de los cien errores y la lealtad. Asegura que se van a «dejar la piel» y que hacen un «esfuerzo titánico». Que «van a escuchar a la gente», otra vez la gente, que no tienen miedo al pueblo. Cita a Ada Colau. Otra forma de gobernar es posible. Estamos en El Palillero, es pertinente citar los versos del 15M.

«Que nos duela escuchar a la gente. La indignación permitió la ilusión. El cambio se hizo realidad y le hemos dado la vuelta a las prioridades». Todo prosa. Toda propuesta política, como toda doctrina religiosa, es perfecta en la teoría. El problema está en llevarla a la práctica.

Empieza a hablar la gente, la de verdad, los asistentes. Preguntan por el bonobús para mayores, por el Pabellón Portillo, por la calidad del agua de Loreto, por la policía de barrio... Eso ya es más complicado. Eso es teología aplicada. Política práctica. Los hechos dirán.

Ver los comentarios