política municipal

Una oposición a la espera de diálogo

PP, PSOE y Ciudadanos reclaman mayor debate más allá del Pleno y no han dudado en hacer bloque contra José María González para recordarle que gobierna en minoría

r. jiménez
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La palabra ‘oposición’ volvió a cobrar significado en Cádiz cuando la noche del pasado 24 de mayo las urnas dictaminaron que el PP, dueño y señor del Ayuntamiento durante las últimas dos décadas, perdía la mayoría absoluta. A pesar de que Teófila Martínez repetía victoria, el mapa político de la capital sufría una profunda metamorfosis con la irrupción en escena de nuevas formaciones, entre ellas ‘Por Cádiz sí se puede’, y un pacto de izquierdas amenazaba seriamente la continuidad de los populares al frente del gobierno. Un hecho que se confirmó semanas después, cuando José María González agarraba el bastón de mando con el apoyo de Ganar Cádiz y el PSOE.

Se abría así una etapa diferente para la ciudad, con la gestión de un gobierno inexperto y en minoría que no ha terminado de asimilar su complicada situación al frente del Consistorio, pues cualquier paso que intenta dar debe contar con el beneplácito de los partidos de la oposición: PP, PSOE y Ciudadanos.

Este ha sido el muro contra el que se han topado una y otra vez el alcalde y sus concejales, incapaces de asumir que es imprescindible el diálogo y el consenso con el resto de fuerzas para que cualquier iniciativa se convierta en realidad.

Muchas veces por desconocimiento, quién sabe si otras por estrategia, lo cierto es que José María González ha querido dirigir la nave en solitario, obviando la nueva realidad del Ayuntamiento. Es entonces cuando la oposición ha hecho bloque y ha demostrado que tres suman más que dos.

Ocurrió en el Pleno de organización, donde los tres partidos de la oposición tumbaron cada una de las propuestas presentadas por el equipo de Gobierno. El hecho de convocar la sesión constituyente sin haber establecido canales de diálogo previos con el resto de fuerzas pasó factura al alcalde. A pesar de que rectificó convocando a la Junta de portavoces para acercar posturas y de que, finalmente, el Pleno de organización salió adelante con el apoyo del PSOE, Kichi volvía a tropezar con la misma piedra poco después.

En este caso, en el contexto de los consejos de administración de las empresas municipales, donde de nuevo la oposición se unió para frenar la intenciones del alcalde, que presentó una serie de propuestas para las presidencias sin otorgar la palabra a la oposición. Esta falta de entendimiento sigue vigente y las empresas paralizadas.

A pesar de las acusaciones de descontrol y falta de capacidad en la gestión que le han llovido al alcalde, tanto Ignacio Romaní (PP) como Fran González (PSOE) han asegurado que no existe la opción de presentar una moción de censura contra el alcalde. Juan Manuel Pérez Dorao (Ciudadanos) no lo ve tan claro.

El azote

Si alguien ha representado la labor de control y fiscalización al Gobierno, ese ha sido el PP. Y más concretamente su portavoz, Ignacio Romaní, cuya figura ha emergido en detrimento de la Teófila durante estos primeros pasos de la nueva legislatura. «Si es necesario vamos a llevar al nuevo alcalde con la lengua fuera», ha repetido una y otra vez el edil popular, con el que José María González ha protagonizado más de un encontronazo. Principalmente en el ámbito económico, desde los emolumentos correspondientes a los anteriores y actuales concejales, hasta la guerra de cifras por la deuda existente en el Consistorio.

El incomprendido

Fran González, líder de los socialistas, está desempeñando un papel complicado en la oposición. Muchos lo pusieron en el disparadero por apoyar a Kichi en la investidura o en el feliz desenlace del Pleno de organización. Otros no comprenden que frene determinadas propuestas del equipo de Gobierno o que se aproxime al PP. «Nuestro apoyo en la investidura no fue un cheque en blanco. Apoyaremos lo bueno y nos convertiremos en un muro en aquello que no estemos de acuerdo», ha señalado en más de una ocasión. La realidad es que Fran González y Kichi viven una relación de encuentros y desencuentros, un vínculo de amor-odio que Romaní ha llegado a catalogar como «mala copia de Pimpinela».

El independiente

Con tan solo dos representantes en el arco plenario, Ciudadanos ha mantenido una postura discreta y conciliadora durante estos primeros cien días de gobierno. Podemos hablar incluso de independencia, pues a su líder, Juan Manuel Pérez Dorao, nunca le ha temblado el pulso a la hora de apoyar al Gobierno o a la oposición según el debate que se encontrara abierto en cada momento.

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