Más de mil padres han perdido la custodia de sus hijos en Cádiz

El maltrato, los abusos y fundamentalmente la negligencia son los motivos por los que unos padres pierden la tutela de sus hijos. En Cádiz hay un total de 1.032 niños que ya no viven en sus hogares y por ellos responde ahora la Junta de Andalucía. El triste dato lo ofrece el Informe del Defensor del Menor, que sitúa a la provincia a la cabeza junto con Sevilla.

Ese era el balance de 2013, el último que recoge esta institución, pero las cifras no se diferencia mucho de las actuales. En estos años no ha habido un aumento, pero tampoco un retroceso, ni en el número de casos, ni en los motivos. La mayoría dejan sus casas para vivir con la familia extensa, esa que forman abuelos y tíos.

Otros son recibido en hogares voluntarios donde viven durante algún tiempo o de manera permanente. Entre ambos suman 824, mientras que los que van a centros apenas alcanzan los 276. Eso da muestras de que este es el último recurso hasta el punto de que la Junta lo ha querido minimizar con una reducción de las plazas.

A la hora de describir el retrato es importante tener en cuenta todos los factores y las peculiaridades de esta provincia. No hay que caer en la conclusión simple de que los padres gaditanos son peores que en otras provincias. En ese balance tiene mucho que ver la situación sociolaboral que viven, el arraigo de problemas como el narcotráfico y la afluencia de inmigrantes irregulares. Precisamente el número de menores extranjeros no acompañados que llegan a Cádiz se sitúa muy por encima que en el resto de las zonas y es también la Junta de Andalucía la encargada de velar por su bienestar, con lo que suman a ese resultado.

El paro y la dificultad de los padres para garantizar las condiciones mínimas a sus hijos es otro de los motivos, que sí ha crecido en estos años con la misma rapidez que se afianza el narcotráfico y el trapicheo que termina poniendo a jóvenes que aún no han cumplido los 18 años ante el juez. María Jesús Fernández, directora del programa de Acogimiento Familiar de Márgenes y Vínculos, señala que el número de casos nuevos que llegan se mantiene año a año. Su institución tiene la concesión de la Junta para gestionarlos y supervisarlos y trabaja directamente con las familias.

Explica que «la media de edad de los niños cuando van con una familia ajena es de cero a tres años», por el contrario, los más mayores se suelen quedar con familiares directos, principalmente abuelos y tíos. Márgenes y Vínculos se encarga en estos casos de la supervisión. Fernández indica que el principal motivo para que la Junta retire la custodia a unos padres continúa siendo la negligencia, entendida como el no garantizar los cuidados y la atención básica a los menores. Lo siguiente sería el abandono, el matrato físico y el último lugar, los abusos.

Otra de las cuestiones que también destaca la responsable del programa de acogimiento es la coordinación entre los dispositivos de atención, a través de los que se detecta un buen número de casos. Valora que tanto los hospitales y centros de salud como los servicios sociales comunitarios tienen un protocolo que funciona y que permite una comunicación con la administración para actuar en cuanto se activa una alerta.