¡Buenos días, solidaridad!

Aún no eran las nueve y media de la mañana y numerosos voluntarios se apostaban a las puertas del local que la cofradía de La Palma tiene en el Corralón de los Carros. La diez era la hora fijada para que fueran llegando los pequeños. Niños y niñas que se convierten en los destinatarios de la campaña 'Todos a desayunar' que ha arrancado este miércoles en La Viña.

Los primeros no tardaron en aparecer. La mayoría de la mano de sus padres. Como José Luis, que a sus cuatro años cruzaba expectante la puerta que da acceso al comedor en el que este verano compartirá desayunos, actividades y horas de diversión junto a otros niños del barrio.

Tras sus pasos, tirando del carro, llegaba una vecina.

Del interior del bolso de la compra sacaba varios cartones de leche, una botella de zumo y una caja de galletas. «Muchísima gente esta pasándolo mal. Yo colaboro con todo lo que puedo. Los niños no se pueden quedar sin desayunar», comentaba mientras le entregaba los alimentos a uno de los voluntarios.

Poco a poco fueron llegando más niños. Y todos juntos, sentados a la misma mesa, comenzaban el día compartiendo un desayuno que, a menudo, a sus padres les cuesta sudor y esfuerzo ponerles por delante en casa.

Hasta el 15 de septiembre estará abierta esta iniciativa puesta en marcha por el área de Caridad de la cofradía de La Palma. Dos meses complicados para las familias con menos recursos en los que los hermanos y vecinos del barrio se han volcado para atender a los más pequeños.

«No es solo darle el desayuno a los niños. Es ocuparlos, sacarlos de los problemas de casa», comenta Francisco Javier Lucero, hermano mayor de La Palma, que explica que gracias a la solidaridad de vecinos y entidades de La Viña han conseguido recaudar cerca de una tonelada de alimentos.

«Solo en litros de leche hay más de cuatrocientos. Nos han traído zumo, magdalenas, galletas, azúcar, de todo... y vamos a seguir recibiendo todo estos días. Tenemos prácticamente cubiertos estos dos meses de verano, pero seguiremos recogiendo todo lo que nos traigan, pues los excendentes serán repartidos entre las familias que han participado en la campaña», apunta.

Los beneficiarios del proyeto son entre 20 y 25 niños que no solo verán cubierta una de las comidas más importantes del día, sino que disfrutarán de juegos y visitas culturales. «No somos ninguna ONG, ni tampoco somos Cáritas. Nuestra iniciativa no persigue tan solo llenar un carro de comida, sino que está acompañada de muchas actividades para los niños», señala Mario del Valle, vocal de Caridad de la cofradía.

«Cada viernes se convertirá en un día especial en los que contaremos con títeres, cuentacuentos, payasos... el objetivo es que los chiquillos vuelvan a casa con la barriguita llena, pero sobre todo que se vayan felices», explica Mario, que añade que «la idea de la campaña fue del mayordomo de la cofradía, Pepe Rodríguez, y partir de ahí nos pusimos manos a la obra».