«Grazalema se puede quedar sin nieve y haber más olas de calor»

Cádiz es una provincia muy sensible al clima. El calentamiento global amenaza a sus poblaciones por la subida del mar, sus temperaturas y el Sol son el gran aliciente para el turismo y el viento es una de sus fuentes de energía. Diego Patrón, responsable de la web 'Cádizclima', es consciente de ello y desde hace años estudia y recoge datos de los parámetros meteorológicos de Cádiz para comprobar los cambios que se están produciendo y los que se pueden producir.

–¿Cómo va a ser el verano?

–Este verano hay una mayor probabilidad de que las temperaturas queden por encima de los valores normales. En cuanto a las precipitaciones, los resultados de los modelos climáticos indican que serían normales para la época, lo que se traduce en escasez de lluvias en nuestra zona hasta prácticamente el final de la estación.

De momento, el trimestre veraniego ha empezado con altas temperaturas y junio ha resultado muy cálido en casi toda la provincia. Incluso se ha superado una marca histórica de temperatura máxima para el mes, con los 39,6 grados registrados en la Base Naval de Rota el pasado día 27.

–¿Cómo está cambiando el tiempo en Cádiz?

–A nivel local resulta difícil ofrecer datos concretos, aunque se conoce la tendencia a la baja de las precipitaciones en los observatorios de San Fernando y Gibraltar, con mediciones desde el siglo XIX, y en algunos estudios regionales se refleja un carácter más seco y cálido del clima en el entorno de Grazalema. Todas estas tendencias y proyecciones sugieren que pueden aumentar las condiciones que favorecen los incendios forestales. También se puede acentuar la erosión costera y la que tiene lugar en suelos del interior de la provincia. Otros efectos que se asocian al calentamiento global son la disminución del número de días de nevada, podríamos dejar de ver la nieve en Grazalema , el incremento de la frecuencia con la que se dan las olas de calor o una mayor intensidad de los episodios de sequía y de otros eventos extremos.

–¿Cómo puede ser que haya tanta diferencia de grados entre un municipio gaditano y otro?

–La temperatura que tenemos en la superficie terrestre depende de varios factores, entre los que se encuentran la altura sobre el nivel del mar, la presencia de masas forestales o la topografía. Otro factor destacado es la proximidad al mar, que hace que las mínimas sean normalmente más altas en Cádiz o en San Fernando que en la campiña jerezana y que las máximas sean más suaves que en el interior. Claramente relacionado está el fenómeno de la brisa marina, que empieza a soplar en el litoral a partir del mediodía, cuando la tierra ya está suficientemente caliente en la campiña y las bajas presiones que se forman deben ser ‘rellenadas’ con el aire marítimo. Sopla de componente oeste y permite que, por ejemplo, la temperatura máxima en Cádiz sea de 23 grados mientras que en Jerez o en Medina se superan los 33.

–¿Cuál es la localidad más cálida y la más fría de Cádiz?

–En general, los valores más bajos se encuentran en las elevaciones de la Sierra de Grazalema, con una media anual de 15 grados. En cuanto a la localidad más cálida, realmente hay varias zonas de la provincia con datos similares. En algunos puntos del interior de La Janda, en la Campiña de Jerez y en la bahía de Cádiz la media anual ronda los 18 grados.

–¿Es el clima de Cádiz ideal?

–Bueno, si entendemos como 'clima ideal' aquel que presenta unas temperaturas relativamente suaves y que no es ni muy húmedo ni muy seco, podría ser considerado así. Los amantes del frío y de la nieve no estarán de acuerdo.

–¿No parece que en muchas ocasiones se genera una gran alarma?

–El tiempo siempre ha sido un tema recurrente de conversación y quizás esto se ha visto reflejado en las redes sociales y en los medios. Hace falta un esfuerzo por parte de periodistas, divulgadores y científicos para explicar correctamente las cosas, dedicando más espacio en los medios, evitando términos confusos como ‘ciclogénesis explosiva’. Creo que debería existir un mayor encuentro entre los científicos y los comunicadores, pues de ellos depende que la información sea eficaz.