¿Podría dejar de ser Santa María del Mar la playa del surf?

Pocos son ya los que recuerdan Santa María del Mar sin surfistas ni tablas en el agua. Los aficionados a este deporte han conquistado esta playa de Cádiz a la que dan vida durante todo el año, una imagen que contrasta con el deterioro al que se ve sometida por el oleaje y la pérdida constante de arena. La Demarcación de Costas de Andalucía Occidental lleva años buscando soluciones a este problema que bien podría atajarse con la instalación de estructuras submarinas que contuvieran la fuerza del mar y evitaran el daño, pero eso también tendría otras consecuencias.

El debate está sobre la mesa, desvela el jefe de Costas en Cádiz, Patricio Poullet. Según explica, «esas estructuras, instaladas en el pie, permitirían una estabilización definitiva de esa arena».

Este responsable del Ministerio de Medio Ambiente aclara que «llevan años buscando una solución definitiva para mantener esa arena que se viene aportando». No es una medida definitiva, ni mucho menos, reconoce que «se está estudiando el asunto con mucho detenimiento», precisamente por las consecuencias que tendría.

Poullet señala que la solución alteraría mucho el flujo de movimiento, el propio ritmo de oleaje, lo que cambiaría por completo el uso y el concepto de esta playa. «Hay que tener en cuenta que son diques sumergidos a un metro de profundidad como los que vemos fuera e impedirían que las olas llegaran con esa fuerza», avanza. Para que el lector pueda hacerse una idea, el jefe de Costas señala que «podría tener menor oleaje que la Caleta». La decisión no resulta fácil, de ahí que cueste tomarla y se siga sopesando. Actualmente se han llevado a cabo ya los estudios generales, pero no se ha abordado el estudio de detalle hasta que se decida optar por esta solución que cambiaría por completo la fisonomía de la playa.

«Somos conscientes de la relación de la sociedad con Santa María del Mar, por eso hay que decidir contemplando todos los factores», indica. La otra solución que queda es que siga como está y se hagan los aportes de arena necesario, que suelen ser cada cinco años, para mantenerla, una vía costosa, que también entra en los planes.