semana santa de cádiz

Verdulla: «Lo que pasó en la Madrugá es una gota en un océano de trabajo»

En torno a medio centenar de personas, organizado y con pancartas, profiere descalificaciones e insultos al cortejo del Nazareno a su paso por San Juan de Dios

jesús a. cañas
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No fue un trago fácil para él ni para su junta. Sin embargo, no lo dudaron y se mantuvieron firmes justo delante del paso. Ni un titubeo, ni un paso en falso, pese a que los insultos, los abucheos y los gritos de «dimisión» o «Nazareno por Botica» estropearon la Madrugá y la salida del Regidor Perpetuo. Ayer, el hermano mayor de la corporación, José Manuel Verdulla, valoraba lo ocurrido con las justas palabras. Y es que prefirió «no echar más leña al fuego», ni entrar en respuestas o acusaciones.

Sí aclaró que, en los próximos días, la hermandad analizará con calma lo ocurrido. Como primera medida, la junta de gobierno tiene previsto reunirse. Posteriormente, estudiarán la toma de medidas y la publicación de un comunicado con una postura oficial.

De momento, Verdulla sí entró a describir la situación de «impotencia» que vivieron tanto él como la junta, cuando un grupo de exaltados intentó reventar la procesión con gritos y abucheos al paso del cortejo por la calle San Juan de Dios, como rechazo por que el Señor no se internara por el barrio para subir por la calle Botica.

Y es que unos pocos empañaron la que parecía que iba a ser una noche perfecta. La Madrugá gaditana transcurría el Jueves Santo con normalidad cuando un grupo de exaltados deslució el cortejo del Nazareno profiriendo gritos contra el paso de la junta de gobierno de la hermandad. Todo ocurrió pasadas las tres de la madrugada, cuando unas 50 personas esperaban la llegada de la corporación a la esquina de la plaza de San Juan de Dios con la calle Sopranis. El lugar elegido no era casual, precisamente ese era el punto en el que la hermandad se desviaba de su recorrido habitual para tomar el nuevo que realizó en esta Semana Santa y que suponía un acorte de recorrido y no pasar por la calle Botica.

«¡El Nazareno por Botica!», gritaron mientras desplegaban una pancarta en la que se podía leer «La Junta del Nazareno traiciona al Greñúo, a su Madre y al barrio de Santa María». Los gritos comenzaron nada más llegar la Cruz de guía y fueron a más hasta la llegada de la junta de gobierno al punto donde estaban congregados los exaltados. Fue entonces cuando a los gritos y abucheos se sumaron insultos al hermano mayor al que achacaron de querer recoger antes al Nazareno «para irse a Sevilla».

Fueron instantes de tensión vividos justo cuando la Corporación Municipal, con la alcaldesa al frente se retiraba del cortejo en el mismo Ayuntamiento. Quien sí resistió estoicamente los abucheos fue la propia junta que continuó en la presidencia del cortejo, pese a la tensión.

Una tensión que no pasó de agresiones verbales pero que incluso llevó a la Policía Local a proteger al cortejo escoltando en ese tramo del recorrido. Posteriormente, la recogida siguió su curso ya por el Campo del Sur, con caras de circunstancias entre los presentes, entre ellos, miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías. Pasadas las cinco de la mañana, el Señor de Cádiz y la Virgen de los Dolores se recogían en la iglesia de Santa María. Lo hacían tras su clásica recogida, pero salpicada de gritos, ya más aislados, pidiendo la dimisión de la junta de gobierno.

Un triste altercado que deslució una cuidada salida, con multitud de penitencias que, precisamente, a la altura de San Juan de Dios ya estaba más despoblada. Fue el cansancio de los miembros del cortejo el que llevó a la junta a acortar la recogida. Una imagen que estaba lejos de la que se produjo en puntos mágicos como el callejón del Tinte, donde el Nazareno pasó con gran elegancia mientras que para el palio de los Dolores sonó 'Soledad franciscana'

Reivindicaciones mesuradas

La Madrugá dio también lugar a otras reivindicaciones más lógicas y mesuradas como las de la cofradía del Perdón. La hermandad volvió a salir a las tres de la madrugada, con el aliciente del reciente cabildo de hermanos en la que se respaldó masivamente la hora de salida. También el apoyo se vivió en la calle: multitud de público (en su mayoría joven) se agolpaba en la salida de la hermandad. Tanto la plaza Fray Félix como el Campo del Sur lucían repletos de gente que aguardaban con mantas incluidas desde más de media hora antes.

La espera no defraudó con un cortejo nutrido y numeroso que vaticinaba a un misterio que con maestría superó el dintel de salida. Para el Señor del Perdón, en el interior del templo, sonó 'Perdona a tu pueblo'. Ya en la calle le siguió 'Al Señor de la Madrugá', estreno de este año, interpretada por la Agrupación Musical Sagrada Cena.

Para la Virgen del Rosario, bellamente exornada con flores blancas y rosas en las que dominaban las orquídeas, sonó 'Madre del Rosario' de Marvizón y 'Coronación'. Para ese entonces toda la hermandad estaba ya en la calle y camino de la Catedral. Aún tenía que llegar el momento más emotivo de la salida con el paso de la Virgen por la plaza de Candelaria. Fue allí, donde el desaparecido y querido hermano mayor de la cofradía, Manuel Garrido, veía las procesiones donde la hermandad estrenó con mimo 'Alma del Perdón'. Se trataba de una composición realizada también por Manuel Marvizón y que ha sido donada por la familia Garrido como recuerdo al que fuera número uno de la corporación.

La recogida

Para ese entonces, Descendimiento estaba ya más cerca de la recogida, después de una cuidada estación de penitencia en la Catedral. Lo hizo en un paso en el que toda la imaginería lució gracias a los ropajes bordados y el exorno de flores silvestres. Para el imponente misterio sonó 'Descendimiento y Quinta Angustia', como motete de la capilla musical, justo a la salida de la Catedral.

Por su parte, tanto Medinaceli como Oración en el Huerto completaron con normalidad sus recorridos antes de llegar a sus templos a la hora convenida. Todo ello, en una Madrugá en la que el tiempo acompañó y en la que dos cosas empañaron la noche: el incidente con el Nazareno y el parón entre hermandades que originó que la Carrera Oficial se despoblara antes de la llegada del Perdón.

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