Fachada de la sucursal que fue atracada en enero de este año.
Fachada de la sucursal que fue atracada en enero de este año. - la voz
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Vallina Mata, el atracador de «aureola mítica», cumplirá otros cinco años más en prisión

El veterano delincuente niega por carta ser el autor del asalto a una sucursal de Cádiz el pasado enero

silvia tubio
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En su celda de Puerto III, Luis María Vallina Mata escribe cartas. Sus misivas no tienen sólo destinatarios conocidos, también se dirige a un juez y a una periodista. Pide ayuda, que alguien le crea.

Niega haber sido el autor de un atraco perpetrado en enero de este año en la sucursal de Unicaja situada en la glorieta de la Zona Franca de Cádiz.

Sus antecedentes penales, que empezaron a caer en su expediente uno tras otro desde los años 60, le restan credibilidad a esas palabras escritas. A este periódico han llegado tres de esas cartas. Fuentes policiales confirman que también se dirigió nada más ser arrestado y enviado a prisión al juez que instruyó su caso.

De nada le han servido sus declaraciones insistentes de inocencia.

Ha sido condenado a cinco años de cárcel por un delito de robo con intimidación. Un fallo dictado en primera instancia por el juzgado de lo Penal nº 1 de Cádiz y ratificado en septiembre por la Audiencia, que también ha desestimado sus argumentos.

Vallina tres días antes del arresto.
Vallina tres días antes del arresto.

El gran lastre para Vallina es el propio Vallina. Su nombre es demasiado conocido en las comisarías, cuarteles y juzgados. Su identidad es su peor credencial porque rastrear su pasado es lo mismo que releer la misma historia una y otra vez. Y eso pesa en las sospechas, en las sentencias.

La liturgia del atracador

Ese relato, que sostiene varias condenas por atracos a entidades financieras, comienza siempre en la habitación de un hostal. Un policía que lo ha investigado cuenta que su liturgia previa a cada golpe la dedica a planificar los detalles. Duerme siempre pagando, aunque su objetivo esté en Cádiz, donde tiene fijada su residencia.

Sus primeros antecedentes se remontan a la época de la dictadura

Durante la investigación por el atraco del Unicaja, cuando la Policía lo identificó, lo siguiente que hizo fue rastrear en los alojamientos de la capital hasta que dio con una trabajadora que lo reconoció. Había pernoctado las cuatro noches previas al atraco en ese lugar.

A la salida de otro hostal, esta vez en León, fue arrestado seis días después. Había viajado hasta su tierra (Luis María nació en el pueblo de Gordoncillo en 1950) y allí lo localizó la Policía. En la habitación guardaba parte del botín del robo, según los agentes. Le confiscaron más de 2.000 euros.

En una pensión de Baracaldo (Vizcaya) fue detenido en julio de 1968 por el atraco a una sucursal de esa localidad. Se llevó más de 300.000 pesetas. Tenía entonces 18 años y acababa de salir de prisión. La Guardia Civil le encontró dinero en metálico, herramientas y un saco de los que usaba la entidad financiera para trasladar moneda.

La sombra de Suar Muro

Su historial alimenta noticias de varias décadas. A principios de los ochenta, el diario ABC publicaba la petición del fiscal de 40 años de cárcel para Vallina Mata. Se le acusaba de haber atracado cuatro sucursales en Cádiz y de un quinto robo en San Fernando.

La información, fechada el 14 de julio de 1985, recoge una declaración de su abogado que define la fama de Luis María: «Ha estado rodeado de una aureola mítica en el mundo de la delincuencia que le ha perjudicado notablemente».

Sin embargo, el titular no es la faceta de ladrón de bancos de Vallina Mata sino su condición de fundador de la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel).

Esta organización nació en la clandestinidad de una celda de Carabanchel en 1976. Sus integrantes denunciaban las condiciones que sufrían los presos en las prisiones heredadas de una dictadura que acababa de enterrar a su caudillo.

Fuentes penitenciarias explican que esta relación con Copel hizo que fuera investigado por la muerte del médico de prisiones Suar Muro, asesinado en 1983, en los aparcamientos de la antigua residencia de Zamacola. El crimen fue reivindicado por ETA y más de 30 años después se desconoce aún quién apretó el gatillo.

Vallina lleva recluido desde el 20 de enero, cuando fue detenido por la Policía en León. En su perfil público de Facebook se puede ver cómo el día 17 (tres días después del último atraco) cuelga su primera foto en León. Visita la catedral, a los familiares, hace bromas con un billete de 50 euros…La última imagen es del día 19. 24 horas después fue arrestado.

Denuncia que la Policía ha manipulado a los testigos del último caso

Desde su celda de Puerto III acusa a la Policía de haber manipulado la prueba esencial en la investigación por el atraco de Zona Franca. Dice que influenciaron a los tres empleados para que lo identificaran en una rueda de reconocimiento y también por fotos. Esos mismos testigos se ratificaron después en el juicio.

Esos testimonios fueron claves porque el vídeo de las cámaras de seguridad no sirvió para reconocer a Vallina. Además de la mala calidad de las imágenes, el ladrón iba con la cara tapada. «Es todo una mentira. Yo estaba en León con mi familia. Le dijeron a los testigos lo que tenían que decir».

Para llamar la atención se ha puesto en huelga de hambre recientemente. «¿Que ha dejado de comer Vallina? No se cuántas veces lo ha hecho en los años que ha estado en prisión», comenta un funcionario de la cárcel.

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