JORNADA SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO

La compleja crueldad de ser mujer

La Junta de Andalucía busca la colaboración ciudadana en red para conocer y combatir el maltrato femenino

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una realidad compleja con muchas aristas no es posible de abarcar a retazos pero la sociedad y sus instituciones ofrecen las herramientas para conocerla, entenderla y modificarla. Así ocurre con la violencia de género, patrón de patrones de conductas adquiridas y en demasiadas ocasiones silenciadas por la brutal cotidianeidad de su proceder. Esa descomposición de la compleja realidad fue el objetivo de la celebración ayer de la jornada taller 'Tejamos redes contra la violencia machista', en el Centro de la Mujer de Cádiz. La iniciativa, inspirada en la colaboración en red de diversas asociaciones implicadas, forma parte de toda una política movida por la preocupación suscitada en torno al incremento de los casos de violencia machista en España. Los más recientes no admiten dudas sobre su cruel vigencia: 60 mujeres asesinadas en 2011 y 5 en apenas un mes que llevamos de 2012 son los datos aportados por Rafaela Pastor, presidenta de la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres. Este es parte del contenido pero las formas también importan, aseguró Carmen Ruiz, presidenta de la Asociación Safo. La violencia de género no es solo «algo semántico o un capricho de las feministas radicales», sino que responde a «una legislación internacional que hay que cumplir» en palabras de Soledad Ruiz, directora general de Violencia de Género de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social. La diferencia primordial estriba en la violencia ejercida contra la mujer por ser mujer con la finalidad del «sometimiento», y es «un error hablar de violencia familiar ya que dejamos fuera del contexto de ese hogar a las jóvenes que hayan sido maltratadas por sus novios o las mujeres asesinadas o maltratadas por sus ex parejas». La singularidad provoca también que sea una realidad de difícil acceso porque se manifiesta en el ámbito privado. En este sentido, Soledad Ruiz afirma que una de las principales preocupaciones de la Junta de Andalucía es extender esa red ciudadana y a través de la implicación y la necesidad del «conocimiento integral, multidisciplinar» conseguir «un efecto multiplicador».

Para ello se busca la colaboración de colectivos de mujeres del ámbito urbano y rural, juveniles, hombres y asociaciones de barrio. Esta realidad relegada a veces al silencio ha supuesto en los últimos doce años que las muertes por violencia machista hayan superado a las ocasionadas por el terrorismo, pero «no vemos grandes manifestaciones en las calles para repudiar esta situación», argumenta Soledad Ruiz. «Hay mujeres que no dan el paso porque tiene miedo, se autoculpabilizan». Andalucía sigue apostando por medidas, dijo la directora general, como las casas de acogida que «están para salvar vidas», medidas que «otras Comunidades Autónomas han decidido quitar. Cada año más de 1.000 mujeres y 1.500 niños a cargo de sus madres pasan por ellas». La realidad sigue hablando sin tapujos y la Ley Integral contra la Violencia de Género «es atacada» lo que genera una «involución nunca vista antes». Nuestra cultura patriarcal, explica Ruiz, «desacredita a la victima» por los casos de denuncias falsas. «EL CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) dice que cada año hay un 0,018 % de denuncias falsas, un porcentaje ínfimo comparado por ejemplo con las denuncias que se dan en otros ámbitos como el de las aseguradoras, donde el 84% de las denuncias son falsas. El ataque no está equilibrado».

La Red Ciudadana contra la violencia de género, que comenzó en 2011 como proyecto piloto en 175 barrios, se enmarca en un plan de sensibilización y prevención en el que la Junta está trabajando e intenta llegar a las causas y respuestas a esa violencia con instrumentos como las plataformas digitales públicas y privadas, al estilo Facebook (amigos de mis amigos). Un proyecto donde se puede tratar un caso desde diferentes nexos de unión. De esta manera se evitaría, entre otras cosas, que «se tarde de media de unos 7 a 10 años en poner la primera denuncia» o que en el último balance del CGPJ en 2010, a falta de conocer el de 2011, la provincia de Cádiz tuviera unos 4.000 casos denunciados de violencia machista y 12 casos extremos bajo sistemas de seguimiento a través de pulseras antimaltrato. Soledad Ruiz menciona la eduación como la raíz que debe brotar para que esa realidad no se imponga como norma que oculte la vigencia de su crueldad.