Los sapeurs exhiben sus colores en el memorial de De Brazza (2009) de Baudouin Mouanda.
Sociedad

La moda como antídoto

TARIFA. Actualizado: Guardar
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El Festival de Cine Africano de Tarifa ha inaugurado esta semana una exposición compuesta por 80 fotos y una vídeo-proyección sobre el fascinante mundo de la Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes (SAPE.) del Congo. Las comisarias de la muestra, Sandra Maunac y Mónica Santos, de Masasam Espacios de Creación, explicaron lo que supone el fenómeno de la SAPE congolesa y cómo los fotógrafos Héctor Mediavilla y Baudouin Mouanda lo han plasmado en imágenes. Esta exposición, de entrada libre, forma parte de programa de actividades paralelas a la octava edición del festival y se podrá visitar hasta mañana en la Sala Municipal de Exposiciones Cárcel Real de Tarifa.

Sandra Maunac y Mónica Santos destacaron que «la SAPE es un movimiento fascinante, rico en significados, tanto visuales como ideológicos, que se evidencia en las dos miradas tan diferentes que sobre este fenómeno aportan Mediavilla y Mouanda». Los dos fotógrafos, el primero español y el segundo congoleño, contraponen sus visiones: uno, como observador externo, indaga en la complejidad psicológica y social de sus protagonistas, evocando una realidad onírica, poética y romántica donde los sapeurs -como se designa a los adeptos de esta práctica- parecen soñar sus vidas. El otro, conocedor directo de la situación de sus compatriotas, presenta una manifestación dinámica y creativa, que acentúa el lado teatral y exhibicionista del fenómeno y muestra unos dandis que viven su sueño. Ambos comparten sin embargo un objetivo común: cuestionar el imaginario que nos hemos construido sobre África y sus gentes, ya que con la SAPE se ponen en entredicho nuestros prejuicios.

Origen

Con sus llamativas indumentarias, los seguidores de este movimiento, que comenzó en torno a 1920, también cumplen una función social y cultural «de primer orden» porque «ambientan» bodas o funerales en una sociedad que ha padecido tres guerras civiles y carece de ocio. Además, los miembros de la SAPE transmiten otros valores, como la cultura de la paz, y de hecho este movimiento no se manifiesta en periodos bélicos.

Para dirimir los conflictos entre las distintas ramas de la SAPE, sus componentes establecen una «guerra no violenta» con sus prendas y accesorios, que denominan «armas y municiones», y que desarrollan en espacios públicos con movimientos y diversos juegos.

Este «movimiento extravagante y particular» lo forman esencialmente jóvenes de la ciudad de Brazzaville, capital de la República del Congo, y también algunos provenientes de Kinsasha.