La condenada, María del Carmen G., en su domicilio. :: T. RODRÍGUEZ
ESPAÑA

Rebajan la pena a la mujer que mató al violador de su hija

El Supremo considera que la condenada, que roció de gasolina a la víctima y después le prendió fuego, padecía un trastorno mental

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Tribunal Supremo ha rebajado la pena de nueve años y medio a cinco años y medio de prisión a la mujer condenada por la Audiencia Provincial de Alicante por haber matado al hombre que violó a su hija de 13 años en 1998, tras haberse encontrado con él en una parada de autobús. Según estiman los magistrados, María del Carmen G. padecía un trastorno mental en el momento del suceso provocado por la violación de su hija que «tuvo una especial trascendencia en la comisión de los hechos».

«Tales factores psicológicos, unidos al hecho de la visión y acercamiento a ella de la víctima, reactivan la obcecación que tenía con Antonio C. V. desde la violación de su hija, provocando un estado emocional y de ansiedad de tal intensidad que fue más allá de lo que podría calificarse de una parcial ofuscación», explica la sentencia.

En su fallo, el Tribunal Supremo no exime de culpa a la condenada ya que considera que «no cabe deducir una exención de responsabilidad porque las capacidades de conocer y querer se encontraban conservadas, aunque limitadas, lo que justifica una atenuación proporcional a la intensidad del padecimiento, en cuanto sufría una situación de alteración psíquica incompleta que excede del mero trastorno psíquico, que si bien no anulaba la voluntad y la inteligencia sí provocaba una notable disminución de sus facultades de entendimiento». El Tribunal Supremo prohíbe además a la condenada acercarse durante 12 años a menos de 500 metros de la viuda y los cuatro hijos de la víctima.

«Para que te acuerdes de mí»

Los hechos tuvieron lugar el 13 de junio de 2005 en Benejúzar (Alicante). Tras la violación, María del Carmen G. y su hija se habían trasladado a una vivienda en el lado opuesto de la localidad para no coincidir con el violador ni sus familiares, de los que hasta entonces eran vecinos. Ese día, a las 10.30 horas, María del Carmen G. esperaba el autobús en una parada cerca de su casa cuando Antonio C. V., condenado a nueve años por la violación y que en ese momento disfrutaba de un permiso carcelario de tres días, se acercó a la condenada y le preguntó qué tal se encontraba su hija. Tras una breve discusión entre ambos, la víctima, de 69 años de edad y conocido en el pueblo como 'El Pincelito', se dirigió a un bar cercano. Hasta allí le siguió María del Carmen G. tras haber llenado una botella de gasolina, y después de decirle «¿Te acuerdas de mí? Pues para que no me olvides», le vació el líquido por encima de la cabeza para a continuación prenderle fuego con una cerilla.

Las llamas se propagaron por todo el cuerpo de Antonio C. V. y pese a la rápida intervención del dueño del local con un extintor sufrió quemaduras de tercer grado en el 60% de su cuerpo, falleciendo 12 días después en el hospital a causa de una parada cardiorespiratoria. Un cliente que se encontraba junto a él en el bar también tuvo que ser tratado de quemaduras de diversa consideración.