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Vista área de las inundaciones por el desbordamiento del río. :: J. C. C.
Jerez

Un diagnóstico para el Guadalete

Advierte que un río es un sistema complejo en el que inciden muchas variables, «por eso no caben planteamientos lineales y primarios» Un informe de Ecologistas en Acción detalla los motivos de los desbordamientos y plantea soluciones

Las lluvias llevan días concediendo una tregua a la zona rural de Jerez, que intenta poco a poco recuperar la normalidad. Ésta tardará bastante en llegar del todo. Los daños han sido cuantiosos y el trabajo que aún queda por delante es considerable. Pero lo que posiblemente sea más importe ahora es sentar las bases para evitar que se repitan las devastadoras inundaciones de estos últimos meses a causa de los desbordamientos del Guadalete. Y las propuestas formales para lograrlo han comenzado a llegar. Una de las primeras lo ha hecho en forma de informe. Lo firma Ecologistas en Acción. Detalla las causas por las que se han producido los mismos y plantea las soluciones que han de ponerse en marcha. WAYNE JAMISON wjamison@lavozdigital.es
JEREZ.Actualizado:

Comienza explicando que, como consecuencia de las intensas lluvias registradas entre los meses de diciembre de 2009 y marzo del presente año en Jerez, se han originado crecidas en el río y los afluentes de su cuenca que han ocasionado graves daños, «con especial incidencia en la vega baja del río».

Insiste en que, por ello, ahora se hace «más necesario que nunca» plantear una serie de iniciativas generales. Aunque, eso sí, advierte que un río es «un sistema complejo» en el que inciden «de manera interrelacionada numerosas variables». Señala que, precisamente por esa razón «no caben planteamiento lineales y primarios que hacen recaer la culpa de lo sucedido sólo en las causas relativas a la gestión». Y es que, según afirma, existen «otros elementos» que inciden en la dinámica de un ecosistema concreto.

Señala que uno de sus principales problemas es la colmatación. Se trata de un proceso consistente en el relleno de una cuenca o depresión por la sedimentación de materiales. Según el grupo ecologista, las causas en el caso del Guadalete han sido múltiples: la deforestación de la cuenca de los márgenes del río y sus afluentes, las malas prácticas agrícolas, la explotación de canteras, la disminución o interrupción del caudal por exceso de captaciones, las construcciones que producen efecto barrera, los vertidos de escombros, las obras de infraestructura (autovía, autopista, vías del tren...), rellenos ilegales o legales...

Velocidad del agua

Asegura que el aumento de la velocidad del agua es otra de los grandes problemas. Explica que la misma está condicionada por factores como la pendiente, el trazado de los cursos fluviales o la existencia de obstáculos, y que entre los consiguientes efectos adversos se encuentra el aumento de la erosión y, por tanto, la mencionada colmatación o el incremento del riesgo de inundaciones.

Esa velocidad aumenta sensiblemente en el caso del Guadalete por la deforestación de la cuenca (la vegetación supone una barrera y, por consiguiente, la frena), el encauzamiento de los arroyos «hasta convertirlos en canales de trazado rectilíneo, el entubado de arroyos (como el llevado a cabo por el Ayuntamiento en el de Albadalejo), la eliminación de vegetación de los cauces y sus riberas, y el impacto de poblaciones, carreteras y otras infraestructuras.

Luego estaría, igualmente, el inconveniente de la eliminación (o degradación) de los humedales de la cuenca. Los mismos contribuyen a evitar los desbordamientos de ríos o minimizan su magnitud. La cuestión es que la cuenca del Guadalete «está repleta de ejemplos de destrucción o degradación de esos humedales». Y Ecologistas en Acción no lo duda a la hora de poner ejemplos: la Laguna de la Isleta o de Las Pachecas, la Laguna de Medina, las marismas del Hato de la Carne, marismas situadas entre Jerez y Trebujena, y «cientos de charcas existentes en la campiña».

Áreas inundables

El colectivo ecologista también hace referencia a la ocupación de las áreas inundables, otro de los grandes problemas que, según asegura, padece el Guadalete. Señala al respecto en su informe que la ocupación de una de ellas «puede tener graves consecuencias para las personas y los bienes inmuebles que allí se ubiquen».

Añade que, además, la alteración de éstas -rellenos, cambios en las pendientes, barreras, construcciones e infraestructuras- «provocan que el agua que debía quedar allí confinada ocupe zonas a las que no debería llegar». Afirma que en las áreas inundables del Guadalete existen construcciones tanto privadas como públicas (depuradora, carreteras...) que «se verán afectadas siempre que el río ocupe unas zonas que son parte del mismo».

Entiende, por todo ello, que es preciso un análisis serio y riguroso de lo sucedido y una intervención global en el 'sistema cuenca'. Y enumera toda una serie de iniciativas que cabría poner en marcha. Son las que aparecen en el cuadro de la parte inferior de esta página. Entiende que sólo así se podría «evitar episodios como los ocurridos recientemente.