durante un discurso en Baltimore

Obama critica a los republicanos por intentar bloquear sus medidas y les insta a trabajar con los demócratas

El presidente de EEUU ha mantenido un debate con líderes de la oposición y asegura que está dipuesto a superar diferencias entre ambos partidos

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, critica que la oposición republicana esté intentando bloquear sus iniciativas legislativas y les ha instado a trabajar con los demócratas para generar puestos de trabajo y facilitar la recuperación económica. Además, sugiere que con su postura el partido Republicano pretende debilitar al partido Demócrata de cara a las elecciones parlamentarias de noviembre. "Son momentos importantes y se requiere que todos nosotros hagamos lo correcto para nuestro país aunque no sea lo mejor para nuestra política", ha declarado, añadiendo que "hay mejores cosas que los números electorales".

El presidente norteamericano pronunció este discurso en un acto con miembros republicanos de la Cámara de Representantes en la ciudad de Baltimore. "No soy un ideólogo", ha indicado a los asistentes. A su vez, condena que los republicanos hayan descrito su plan de reforma sanitaria como una "trama ciertamente bolchevique", si bien se ha mostrado dispuesto a seguir escuchando sus ideas. En su opinión, el crecimiento económico de 5,7% registrado en el último trimestre de 2009 pone de manifiesto que sus soluciones para reactivar la economía están funcionando. Se trata del mayor ritmo de crecimiento de la actividad económica registrado en el país en los últimos seis años.

Aunque reconoció las cifras negativas del paro, Obama recordó que la alta tasa de desempleo y el significativo déficit presupuestario datan de la época de su predecesor en el cargo, George W. Bush. Durante su discurso del Estado de la Unión del miércoles, el inquilino de la Casa Blanca señaló como su principal preocupación el aumento del paro, que ya ha superado el 10%. Entre otras medidas, Obama ha planteado congelar parte del gasto público durante tres años para tratar de ahorrar 250.000 millones de dólares (unos 176.000 millones de euros), así como acabar con las lagunas jurídicas de las que se benefician las empresas que contratan a parte de su personal en el extranjero.