LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

2012 cada díaXxsxsxsxlllsxsxsxsx xsxsxsxsxsxsxsx

PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE CÁDIZ (PSOE) Actualizado: Guardar
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En la actividad política y en los procesos técnico-administrativos, los plazos son factores inevitables y miden la solvencia y eficacia de las diferentes actuaciones públicas. Los presupuestos, los programas de obras, los planes plurianuales... las hemerotecas están repletas de referencias temporales unidas a un ambicioso y grandilocuente objetivo: 'Plan de Impulsos Terrenales 2008-2012', 'Programa de Eventos sin Eventualidad 2007-2013', 'Estrategia de Cambios Aparentes 2010-2014'... ironizo, sí, considerando que los lectores deben guardar, en algún recoveco de su memoria, una maraña de cifras y metas que anticipa un sinfín de expectativas.

A diferencia de este habitual trajín de las administraciones públicas, el horizonte del año 2012 supone un salto de calidad: la cita abre una invitación a la ciudadanía y, de hecho, el Bicentenario sólo se saldará con éxito si se produce una efectiva participación social. En el presente ejercicio, San Fernando ya vive su particular Bicentenario -el de Las Cortes Constituyentes que se reunieron en la Isla de León- y se convertirá en un termómetro para revelar aciertos y errores. Una antesala que no podemos obviar de cara a la fiesta capitalina y provincial del año 2012.

Además de nuestra contribución en el seno del Consorcio, donde se agrupan las diferentes instituciones, Diputación pretende fomentar la oportunidad del Doce desde un cariz cercano a la ciudadanía. De hecho la administración provincial ha constituido una Oficina del Bicentenario que está desplegando actividades que pueden parecer discretas en la agenda periodística del día, pero que tienen un calado social: organizamos concursos para colegios e institutos dedicados a la elaboración de ensayos sobre la sociedad de hace 200 años; estamos divulgando la gastronomía del Doce como medio para aderezar la oferta de nuestra hostelería y restauración; financiamos iniciativas culturales de jóvenes creadores; llevamos los pasajes del Cádiz de 1810-1812 al cómic; enseñamos las calles, residencias e hitos de la ciudad vinculados al pasado doceañista a través de rutas programadas en las que participan colectivos de toda la provincia y, en verano, fletamos el Vapor para emprender la Singladura de las Libertades...

... Si uno de los principales logros de la Constitución de 1812 fue la consideración de la población como una ciudadanía provista de derechos y libertades, frente a la noción de súbditos del Antiguo Régimen, no podemos ahora prescindir de nuestro principal activo: las personas. Y claro: es de vital importancia materializar obras públicas y recuperar patrimonio... pero este esfuerzo quedará yermo si no conseguimos la implicación de todos. La persona como protagonista y no como sujeto pasivo. Y los políticos estamos obligados a adoptar una finalidad antropomórfica en todo lo que hacemos desde nuestras competencias públicas.

Al nombrar Cádiz se puede suscitar una polisemia: algunos evocarán las oportunidades perdidas; otros tenderán a la ilusión por nuestras capacidades; unos referirán la desesperanza; otros se enrocarán en el chovinismo; tampoco faltará el derrotismo, ni la mirada frívola. El Doce propone un reto para anclar nuevos significados. Es necesario que nos conozcan por nuestra creatividad no sólo abocada a territorios lúdicos sino también para propiciar negocios; es necesario que nos perciban como un lugar para vivir e invertir; es necesario que nos valoren como un ámbito culto y no sólo gracioso; es necesario que se comuniquen las prestaciones de nuestras infraestructuras y servicios...

El optimismo está presente en mi actitud vital y política. Esto no quiere decir que sea un ciego o un iluso y no advierta los problemas desencadenados por la crisis. Los conozco en mi condición de alcalde de Benalup-Casas Viejas y de presidente de Diputación y de hecho emprendemos iniciativas específicas dirigidas a quienes padecen los actuales estragos económicos, sobre todo a favor de aquellas personas que viven situaciones cercanas a la exclusión social. Las circunstancias extraordinarias requieren intervenciones extraordinarias, si bien la crisis pasará y su existencia no está impidiendo asumir el reto nuestros bicentenarios de 2010 y 2012.

Con razón hay personas que están preguntándose, ¿y qué pasará el 1 de enero de 2013? La revolución que necesita Cádiz no tiene que estar sujeta a plazos. Hay que hacerla cotidiana, de ahí que titule esta tribuna como «2012, cada día». Hoy, mañana y el 1 de enero de 2013.