El barrio de 'El Vaquilla'

La Mina ya no es lo que era. Las reformas urbanísticas de los últimos años en esta deprimida zona de Sant Adrià del Besós, en la periferia de Barcelona, han acabado con su déficit crónico de servicios. Por fin se ha limpiado el barrio nacido a finales de los años 60, a golpe de desmesurados bloques de hasta 12 plantas para realojar allí a cientos de vecinos que malvivían en campamentos de chabolas. Sus calles y edificios han sido remozados y mejorados con equipamientos como un polideportivo, un centro cultural, un instituto de secundaria, una comisaría y una rambla peatonal.

Pero las mejoras sociales tardan más tiempo en materializarse que las urbanísticas. «Es cierto que no se han conseguido muchos de los objetivos que nos planteamos hace diez años», reconoce el alcalde socialista Jesús María Canga Castaño. Las drogas y la delincuencia siguen latentes en este barrio con el paro por las nubes. Sólo trabaja el 42% de la población activa de este distrito que lucha por sacudirse el estigma de la marginalidad y borrar una historia de delincuentes célebres como 'El Vaquilla'.