Dos agentes de Appomatox trasladan a Christopher Speight. :: AP
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El asesino de Virginia derriba un helicóptero antes de entregarse

Christopher Speight, de 39 años, mató a ocho personas en una casa de la que es copropietario y en los alrededores

WASHINGTON. Actualizado: Guardar
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Christopher Speight no pasará a la historia. Este virginiano de 39 años será uno más en la larga lista de asesinos múltiples que conforman la truculenta nómina de pistoleros en Estados Unidos. Los ocho cadáveres que pesarán sobre su conciencia ni siquiera harán sombra a Cho Seung Hui, el estudiante nacido en Corea del Sur, que en el mismo estado mató a 33 personas en 2007, la mayoría estudiantes de la universidad politécnica, incluido él mismo.

Si en algún momento se recuerda la matanza perpetrada por Speight en la tarde del martes -madrugada de ayer en España- será por el lugar en el que se produjo: Appomatox. Porque fue en esa localidad donde el 3 de abril de 1865 el general Robert L. Lee rindió las tropas confederadas a Ulysses S. Grant, líder de los Estados de la Unión, con lo que ponía fin a cinco años de guerra civil.

El relato de la sanguinaria jornada protagonizada por Christopher Speight es aún confuso. Lo que sí se conoce es que los servicios de emergencia fueron alertados en torno a mediodía de que un hombre se encontraba tendido en mitad de una carretera, aparentemente herido de gravedad. Al llegar la Policía comenzó a rastrear el lugar y poco después halló tres cadáveres en el interior de la casa de la que el sospechoso es copropietario, situada en un área rural, y otros cuatro cuerpos también sin vida en los alrededores. La octava víctima, el herido localizado en la carretera, murió antes de poder llegar al hospital.

Perseguido por tierra y aire

Los agentes localizaron al sospechoso junto a una zona boscosa y de inmediato comenzaron su persecución por tierra y aire. El fugitivo se adentró entre los árboles mientras disparaba contra el helicóptero que le vigilaba y al que alcanzó cuatro veces junto al tanque de combustible, lo que obligó a la aeronave a realizar un aterrizaje de emergencia. Acosado por el centenar de agentes que le acosaban, Speight se entregó a la Policía poco después de amanecer. El sheriff del condado de Appomatox, Wilson Staples, indicó que al ser cacheado no se encontró ningún arma en poder del sospechoso, que iba protegido por un chaleco antibalas y vestía pantalones de camuflaje.

Staples manifestó que todo apunta a que Speight conocía a sus víctimas y que entre ellas podrían encontrarse su mujer y su hijo, con los que habría tenido una fuerte disputa. Otro portavoz de la Policía de Virginia, Tom Molinar, dijo que se cree que el asesino actuó solo.

En previsión de que el autor de la matanza hubiera puesto alguna trampa en su casa para causar más víctimas, un equipo de artificieros con perros especializados inspeccionó la vivienda y los alrededores en busca de cargas explosivas.