ESPAÑA

La huida del infierno colapsa la frontera con la República Dominicana

Miles de personas tratan de cruzar a la parte oriental de la isla caribeña en busca de auxilio sanitario y alimentos

JIMANÍ (FRONTERA DOMINICANA. Actualizado: Guardar
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Objetivo, huir del infierno haitiano. Ésta es la situación que se vive en la provincia dominicana de Independencia o Dajabón, fronteriza con Haití, donde comienza a multiplicarse la afluencia de damnificados por el terremoto que buscan refugio en la parte oriental de la isla caribeña. Tres millones y medio de personas viven en las áreas devastadas por el temblor.

Según informó ayer la Organización Internacional para las Migraciones, el «flujo de haitianos que intentan entrar en la República Dominicana ha aumentado en un 10% en las últimas horas en el cruce de frontera de Jimaní». La mayoría de ellos son ciudadanos que acompañan a familiares heridos con la esperanza de que puedan ser atendidos en los hospitales del vecino país, así como abastecerse de alimentos, agua y mercancías en el mercado binacional que se celebró ayer.

«Los haitianos entraron en masa y compraron todo tipo de alimentos», destaca uno de los comerciantes. Arroz, pollos, huevos, bananos, arenque, sardinas, vegetales, pastas alimenticias y de tomate, frijoles... se encuentran entre los productos más demandados.

El Gobierno de la República Dominicana flexibilizó el jueves las medidas migratorias para facilitar la ayuda a los haitianos que buscan auxilio. El alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados también instó ayer a los gobiernos canadienses y estadounidense a «detener temporalmente el retorno de haitianos a su país».

Atención preferente

Varios ministros y destacados dirigentes haitianos están siendo tratados en hospitales de Santo Domingo de las heridas que sufrieron durante el seísmo. También miembros de la delegación de la ONU que sobrevivieron a la destrucción de su sede son atendidos en otros centros . Para ellos hay menos problemas que para la población de a pie.

Pero si unos quieren salir, otros quieren entrar. Y es que la ayuda humanitaria -algunos de cuyos convoyes se atascaron en la frontera en las horas iniciales después de la tragedia- también ha encontrado desde la República Dominicana el puente aéreo necesario para agilizar la recepción en Haití.

La zona fronteriza se ha convertido asimismo en territorio abonado para aquellos que quieren hacer negocio en medio de la tragedia. Taxistas o pilotos de avionetas ofrecen sus servicios a quien los necesite a unos precios exorbitados.