Artículos

EL BRASERO

LA PARCELITA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Han pasado las fiestas y siguen la lluvias, no se a donde vamos a llegar. Siempre nos estamos quejando por todo. Cuando llueve, porque llueve, cuando hace calor, porque hace calor. Las lluvias son necesarias, incomodas, pero necesarias. A pesar de que realmente este año en algunas zonas se han pasado, nuestro refranero vuelve a dar en el clavo y eso de «nunca llueve a gusto de todos» se vuelve a cumplir de manera inexorable ¿Quién sería el sabio que lo enunció? Para ponerle una medalla. Lo bueno que han tenido las incesantes lluvias de estas Navidades, ha sido que han favorecido, el auténtico sentido de estas fiestas. Las familias se han reunido en sus casas y hemos disfrutado de unos días de encuentro de los que últimamente no se llevan. Magníficas veladas entorno al brasero, tan añorado en otras latitudes. Esta costumbre tan nuestra de tener el brasero, desde que comienza el invierno, debajo de la mesa de camilla, es algo que no se puede igualar. Recuerdo antiguamente aquellos de picón que había que remover de vez en cuando. Ahora, las estufas eléctricas han sustituido a los viejos de carbón pero su función es la misma, calentarnos los pies helados en nuestras casas poco preparadas para el invierno. Eso, y servir de punto de encuentro de toda la familia arremangando los faldones de la camilla, no lo puede igualar ninguna calefacción que se precie. No cabe duda, soy y seguiré siendo un ferviente defensor del brasero. Si no lo creen prueben a pasar un invierno sin el, seguro que no entran en calor