El seguro agrario no cubrirá los daños

La imagen de los campos de la zona rural de Jerez convertidos en lagos y cubiertos completamente de agua ya no dejaba lugar a dudas: el temporal ha causado estragos allí por donde ha pasado, y por desgracia se ha dejado sentir en toda la provincia y en toda la comunidad autónoma con fuerza.

Por ese motivo, y aunque aún no han terminado de realizar su minuciosa valoración de daños, las organizaciones agrarias Asaja y COAG coincidían ayer en señalar que la situación es «catastrófica», sobre todo para algunos que han perdido todas las hectáreas que tenían cultivadas.

Según el secretario general de COAG Cádiz, Miguel Pérez, «no hay término medio, al que le ha tocado ha perdido el 100% de lo que tenía cultivado». Es el caso de las explotaciones de la zona de La Greduela, la Ina y las demás barriadas rurales afectadas en Jerez, o de muchas fincas en la ribera del Guadalete en municipios como Arcos, entre las que hay ejemplos como el de un agricultor que ha perdido toda la cosecha de naranjas porque «todos sus árboles llevan 20 días bajo agua».

Y lo peor de esta situación es que la mayoría de los afectados, que ya vivieron una situación similar en 1996, están «desencantados» y no confían demasiado en las ayudas que les puedan llegar.

Eso sin olvidar, como recalcó ayer el secretario general de Asaja Cádiz, Cristóbal Cantos, que «los seguros agrarios no van a cubrir las pérdidas, ya que cuando hay intervención humana en el desastre, como ha ocurrido con los desembalses de los pantanos, no pagan las indemnizaciones».

Sea como fuere, y pese a las dificultades que van a pasar muchos profesionales del campo por los daños sufridos -que también han afectado a infraestructuras y caminos rurales-, lo que los propietarios de las explotaciones anegadas por el Guadalete reclaman son «soluciones de futuro», como apuntó anoche Miguel Pérez después de una asamblea con víctimas de la zona de La Greduela.

Según el líder de COAG Cádiz, «la mayoría ha puesto el acento en la necesidad de que se acometan actuaciones para la limpieza del río y para la puesta en marcha de infraestructuras que eviten nuevas inundaciones. Es su principal objetivo».

En la misma línea, el secretario general de Asaja en la provincia apuntaba ayer que «debe haber una respuesta clara por parte de las administraciones a este problema, con las ayudas y con las obras pendientes, ya que de lo contrario ningún agricultor va a querer seguir invirtiendo en las 2.000 hectáreas que se suelen inundar».