TELEVISIÓN Y RADIO

Una semana sin anuncios

Espectadores satisfechos. La cadena pública mejora ligeramente su aceptación entre los espectadores, mientras el resto de televisiones hacen negocio vendiendo los spots más caros

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Salen los títulos de crédito de la película, el hombre del tiempo se despide hasta mañana, la serie vuelve a dejarnos con la intriga hasta la siguiente semana... y por inercia nos levantamos. Diez minutos para ir al baño, poner una palomitas en el microondas o hacer una llamada. Seguro que mucha gente todavía lo hace, por costumbre. Pero si tiene puesta TVE 1 o La 2 se va a perder el comienzo del siguiente programa. La cadena pública lleva ya diez días sin emitir anuncios, en aplicación de la ley que se aprobó el pasado mes de julio y que suprimía la publicidad comercial en el ente público desde el 1 de enero de 2010. Ahora las películas se ven de un tirón y ya no hay que esperar casi un cuarto de hora para disfrutar de los dos minutos finales de 'Cuéntame'. La supresión de los spots ha liberado más de 1.500 horas anuales en la parrilla, que la cadena pública llena ahora con más películas y documentales, informativos más largos y programas de nueva factura pero todavía sin estrenar.

No es muy representativo un balance de siete días, pero a simple vista parece que no le va mal a la tele sin anuncios. Según datos aportados por la consultora audiovisual Barlovento, TVE registró en la primera semana de 2009 un 'share' medio del 19,4% y este año anda por el 20% -le sigue Telecinco a tres o cuatro puntos, la distancia habitual-. Es imposible saber si este puñadito de nuevos telespectadores que se han acercado al calor de la tele sin interrupciones se van a quedar el resto del año, pero de momento le están dando al canal público cifras de récord, puntuales pero de récord al fin y al cabo: la película 'Piratas del Caribe' enganchó a 5,6 millones de espectadores y muchos telediarios de noche no bajan de los 4 millones, un dato excepcional.

Mención aparte merecen los casi 6 millones que siguieron el jueves el estreno de la segunda temporada de la serie 'Águila roja'. Claro que no sería por falta de promoción, porque la cadena la había anunciado los días previos decenas de veces. Eso lo hace mucho ahora, recordar continuamente a la gente lo que puede ver a la tarde, a la noche, mañana... Es una forma de hacerse publicidad y, de paso, se llenan horas. De momento, estas pausas entre programas, de 2 ó 3 minutos, no desagradan a los telespectadores. Algunos incluso reclaman «un breve parón de unos cinco minutos» entre programa y programa, aunque existe el temor de que TVE «caiga en el exceso de autobombo».

Mucha autopromoción

Un ejemplo al azar: entre la edición regional de noticias y el programa 'Corazón corazón' del pasado jueves, TVE hizo un corte de tres minutos que llenó con un spot de promoción de la cadena en el que sus rostros conocidos agradecían a los espectadores la confianza puesta en ellos, avances de dos películas y una serie que iba a emitir y una cortinilla corporativa más larga de lo habitual. Eso sí, del programa 'rosa' se fue directo al informativo de mediodía, que ahora es más largo.

Éste es uno de los cambios sustanciales en la programación y uno de los más aplaudidos. «Estábamos acostumbrados a telediarios casi sólo de sucesos y fútbol. TVE tiene ahora una oportunidad magnífica de incluir otro tipo de noticias», apunta el crítico de televisión José Javier Esparza. Porque «no se han alargado los reportajes, sino que se están incluyendo más piezas en cada informativo». Y buena parte de los 15 minutos de más que se están dando sale de los centros territoriales. «Están tirando y tirarán más de nosotros, de manera que lo que ocurra en cada región va a tener una repercusión mayor y se van a poder contar otro tipo de noticias». El País Vasco no sólo saldrá por sus líos políticos y el terrorismo, Cataluña por el Estatut o Valencia por las Fallas y los sucesos.

Más programas sin apenas interrupciones y espectadores más contentos. En esto puede resumirse esta histórica etapa en la cadena pública, que ha arrancado con cambios en la 'cabeza'. Hace un par de meses dimitió su presidente, Luis Fernández, que fue sustituido por Alberto Oliart. Adujo motivos personales, pero la verdad es que no comulgaba con la idea de eliminar los anuncios. El jueves presentó su renuncia el director de TVE, Javier Pons, al que ha sucedido el que era director de RNE, Santiago González.

A quienes tampoco ha sentado nada bien la supresión de los spots es a los anunciantes, privados de un escaparate muy lucido -en 2008 TVE metió casi 800.000 inserciones publicitarias entre anuncios comerciales y de autopromoción y recaudó 600 millones de euros-. No sólo eso, ahora salir en las otras cadenas les cuesta más dinero. Uteca, que agrupa a los canales privados, advierte de una subida de las tarifas y las autonómicas (representadas por la Forta) han contratado «un 25% más caros» los anuncios de enero. Las agencias de medios confirman que «los precios ya han subido y vaticinan que «ésta será la tónica de todo el año». Claro que el pasado la publicidad cayó un 30%, «o sea, que vamos a recuperar los precios de antes».