Cuca estaba desaparecida y sus dueños la vieron en LA VOZ. :: C. O.
Jerez

Hallan a su perra en mitad de la riada por una foto en el periódico

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Los dueños de Cuca se temían lo peor cuando acudieron a socorrer a su perra para ponerla a salvo de la riada y se percataron de que el animal había desaparecido de la casa. Juan Luis y su hijo José, que residen habitualmente en el centro de Jerez, tienen una finca en Las Pachecas donde se suelen alojar los fines de semana y a la que el cabeza de familia también acude casi a diario para alimentar y cuidar de su mascota, que vela por la seguridad del recinto.

El pasado fin de semana el pánico les invadió a causa de los estragos del temporal, que les impedía acceder a su propiedad, por lo que dejaron al can de diez años en lo alto de un murete mientras iban a por una barca para abandonar el lugar. Cuando regresaron, padre e hijo observaron consternados que Cuca había desaparecido sin dejar rastro.

Desde que ocurriera el trágico suceso el domingo, sus dueños no hicieron otra cosa que buscarla sin éxito alguno, por lo que la desesperanza empezó a apoderarse de ellos, que se temieron lo peor.

«La estuvimos buscando por todas partes -confesaron los afectados- y podemos decir que nos importaba más el animal que la finca». Para gran sorpresa de ambos, mientras estaban ojeando la edición de LA VOZ de ayer martes descubrieron entre una multitud de fotos relacionadas con el temporal

a una preciosa perra idéntica a la suya, que yacía asustada encima de un colchón y en mitad de una montaña de enseres apilados y mojados.

Sana y salva

De inmediato, José se puso en contacto con este periódico hasta localizar al fotógrafo que había realizado la instantánea, y que le mostró la ubicación exacta en la que había encontrado a su mascota. A pesar de que transcurrió un día entero, el joven y su padre se pusieron en camino y lograron rescatar a Cuca sana y salva.

Al parecer, la perra había encontrado refugio en una casa desalojada a unos 300 metros de la suya, donde permanecía en un sofá en el momento en que sus propietarios la socorrieron tras acceder al lugar en una lancha. Una de las pocas historias relacionadas con el temporal que, afortunadamente, ha acabado con final feliz.