La pequeña reina Midas

Multimillonaria, ídolo de masas, en el puesto 29 de la lista Forbes de los cien personajes más célebres del planeta... y con sólo 17 años. Su destino lo lleva escrito en su verdadero nombre. Destiny Hope Cyrus (Destino Esperanza) no es otra que Miley Cirus o, lo que es lo mismo, la actriz que da vida a la larga melena rubia de Hannah Montana. Tres en una. La nueva reina Midas de Disney en la que se miran todas las adolescentes y que no para de hacer caja. Hasta le hace sombra a Mickey Mouse.

Cuatro millones de discos, 86 millones de dólares recaudados en los cines con su primera película y varias temporadas de la serie 'Hannah Montana' -con sus respectivos artículos de marketing de todo tipo- son sólo algunas de sus gestas. Si sigue así, acumulará una fortuna de más de mil millones de dólares antes de los 18 años, como predice la revista 'Condé Nast'. Y en ello está, porque, según 'Forbes', sólo en 2007 sus arcas acumularon 25 millones. La estrella juvenil que más cobraba. Sólo Harry Potter (Daniel Radcliffe) podía rendirle batalla.

Pero si sus cuentas bancarias muestran una salud de hierro, a ella sólo le llega algo de calderilla. Sus padres le tienen cerrado el grifo y, como cualquier jovencita de su edad, tiene una paga asignada. Eso sí, poco que ver con la de una chica española de 17 años. En torno a los 200 euros a la semana. «Si me porto bien también me dejan usar la tarjeta de crédito. Me encanta ir de compras», recuerda entre risas. El resto de ceros van a parar a un fondo de inversiones del que podrá hacer uso cuando sople las 18 velas.

Mientras tanto, su carrera la controla al milímetro su padre, Billy Ray Cyrus. El cantante de country ha pasado de tararear eso de 'No rompas más mi pobre corazón' a ser su 'road manager', representante, su mejor amigo, su sombra perenne y hasta su padre en la ficción. Él fue quien le picó el gusanillo de la interpretación cuando apenas levantaba unos palmos del suelo. Y con él debutó en la pequeña pantalla en el programa 'Doc'. Después lograría un papelito en la película 'Big Fish', de Tim Burton. Pero poco más.

Salto al estrellato

Disney no la quiso... hasta el segundo intento. En el primer casting no daba el perfil, pero el papel de Hannah Montana no se le resistió. Por algo la llaman Miley, diminutivo que viene de 'Smiley' (carita sonriente). Nadie se esperaba el éxito de la serie y, menos, que esta jovencita de apenas 1,60 de altura se convirtiera en la nueva gallina de los huevos de oro de la animada factoría. Aunque a punto estuvo de perder su trono tras la publicación de unas fotos en las que aparecía semidesnuda en la revista 'Vanity Fair' que dieron la vuelta al mundo. Con las orejas gachas, la actriz y cantante tuvo que pedir perdón a sus fans por unas imágenes tan subiditas de tono. Seguro que en su redención le ayudó el anillo de pureza que luce desde los 12 años. «Creo muchísimo en eso de nada de sexo antes del matrimonio», ha comentado la joven en numerosas ocasiones.

Aun así, no se ha librado de que los adolescentes la hayan votado como la peor influencia del año 2009. A este logro contribuyó el enfado de sus seguidores asiáticos tras aparecer en una foto estirándose los ojos, sin olvidar el bailecito que se marcó en una barra de striptease durante la entrega de unos premios infantiles. Su último varapalo ha sido la expulsión de la carrera por el Grammy por incumplimiento de las normas, tras haber sido nominada previamente con su canción 'The Climb', incluida dentro de la banda sonora de 'Hannah Montana. La película'.

Sin embargo, lo que ha hecho correr ríos de tinta es su vida sentimental. ¡Y eso que sólo tiene 17 años! Su supuesta relación con uno de los Jonas Brothers llenó miles de páginas de revistas para adolescentes. Al artista le siguió el modelo Justin Gaston -cuatro años mayor que ella- y ahora se especula con que ha saltado la chispa con Liam Hemsworth, su compañero de reparto en su próxima película, 'Last Song'. «No tener privacidad es muy duro, es una locura que los paparazzi te sigan a todos los sitios», puntualiza Cyrus. Y aunque las críticas las sobrelleva con su amplia sonrisa, hay algo que no soporta: «Hablad todo lo que queráis, pero dejad de llamarme gorda en los mensajes», publicó indignada en Twitter.

Además, la nueva niña prodigio de Hollywood no quiere quedarse en una promesa ni encasillarse en Hannah Montana. Quiere pisar con fuerza la alfombra roja de los Oscar. Pero como candidata y no como invitada, cosa que ya saboreó el año pasado y que le supo a poco. Las ofertas le llueven gracias al tirón que tiene. Asunto bien distinto es que su recién diagnosticada taquicardia le deje seguir con tan frenético ritmo de vida.