Jerez

Una zona cero tras el temporal

El agua ya ha inundado una treintena de casas y decenas de fincas agrarias del Jerez ruralLos vecinos de pedanías y barriadas pasaron la noche del sábado en vela vigilando la subida del cauce del Guadalete

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Isabel García y sus vecinos de El Portal no pegaron ojo durante la madrugada del pasado domingo, sobre todo porque no se atrevían a perder de vista el nivel del caudal del río Guadalete, que a cada minuto que pasaba amenazaba con inundar las casas de esta barriada rural como ya lo había hecho a lo largo de la tarde en otras de los alrededores.

Sentados junto a una fogata, o refugiados en las casas que no estaban en peligro por la crecida del río, estos jerezanos de la zona rural se las idearon para ir midiendo la subida del río «con unas cañitas pintadas o con una espuma que echamos para ver cómo iba subiendo», explica Isabel.

Al final, el agua llegó a esta población rural demasiado acostumbrada a lidiar con las acometidas del Guadalete, aunque apenas entró en unas pocas casas porque «en cuanto se veía que llegaba se colocaron ladrillos y zocalillos en las puertas con cemento rápido».

Junto a ellos pasaron buena parte de la noche efectivos de Protección Civil, del Ayuntamiento y los de Bomberos, que revisaban instalaciones, que ayudaban a taponar los sanitarios y lavabos de los que empezaba a manar agua y que, resignados, les advertían de que «no se puede hacer mucho porque no hay manera de rebajar el agua que trae el río».

En la misma situación se vieron la pasada madrugada los habitantes de Las Pachecas, algunas de cuyas casas ya se habían anegado desde primeras horas de la tarde del sábado y que ayer pasaron un día más tranquilo porque «todos los que viven en zona de peligro, en la parte baja, ya están desalojados en casas de familiares porque en las suyas entró el río», indica Antonia Romo.

En total, el agua del río entró en una treintena de viviendas de Las Pachecas, La Greduela y El Portal, mientras que varias familias aceptaron la recomendación realizada por los servicios de seguridad y abandonaron sus viviendas, sin que en ningún caso se necesitara hacer uso de las dependencias municipales, ya que todos se realojaron en casas de familiares.

Otras muchas familias pudieron poner a salvo sus enseres, bien colocándolos en alto en sus propias casas, bien trasladándolos a los centros de barrio puestos a su disposición por el Ayuntamiento, gracias a que fueron advertidas con antelación de la alta probabilidad de desbordamiento del río.

Un riesgo que ayer volvía a angustiar a los miles de habitantes de esta zona de Jerez que, pese a que el nivel del agua bajó durante la tarde, miraban con temor al cielo ante las previsiones de lluvia para hoy y que eran más que conscientes de que mientras se mantengan los desembalses de los pantanos no estarán a salvo.

Así, más que pensar en los alrededor de 15 centímetros que había descendido el nivel del río por la ausencia de lluvias y la bajamar, se ponían en guardia ante la advertencia de Protección Civil de que la crecida puede volver a incrementarse en las próximas horas ya que los desembalses no sólo no han cesado, sino que ayer por la mañana se había decretado un aumento del caudal de salida. Eso sin olvidar que las presas siguieron aliviando volumen durante la jornada, y harán lo propio durante todo el día de hoy.

De este modo, si ayer la zona rural en el entorno de las barriadas rurales de El Portal, Las Pachecas, La Corta, La Ina y La Greduela ya parecía un gran mar bajo el que habían sucumbido explotaciones agrarias y granjas de animales, «lo de los próximos días puede ser dramático», apuntaba Juan Antonio Molinillo, propietario de una finca en la que tenía sembrado trigo que ahora «está dos metros bajo el agua».

Él, como otros propietarios de la zona, se quejaba ayer de la falta de previsión de las administraciones ante la llegada del temporal, ya que «podían haber ido liberando agua de los embalses durante varios días en previsión de que con las lluvias se iba a superar la capacidad». Sin embargo, ayer se lamentaba de que «al final hacen lo de siempre, abrir las compuertas y que se fastidien los que están más abajo, los de la zona rural de Jerez».

Juan Antonio ha perdido su cosecha, igual que otro agricultor cercano, Juan Barrera, que en la zona de La Corta tiene una finca que está completamente anegada y en la que había invertido este año alrededor de 24.000 euros. Juan mostraba ayer su indignación porque a su casa «no llegó nadie a dar el aviso, y cuando regresé por la noche después de pasar el día fuera no pude entrar y me vi obligado a tener que sacar el coche y otros enseres con un tractor que me prestaron».

Como los demás afectados, recrimina que «les haya dado igual soltar todo el agua de golpe, sin importarles lo que les pase a las personas o los animales», dice mientras señala la finca de enfrente a la suya, en la que 42 caballos pasaron una noche agónica, pese a lo cual tuvieron más suerte que las gallinas de otra explotación cercana que murieron sin remedio.

Sus casos son sólo algunos ejemplos de los últimos coletazos del temporal en la comarca de Jerez, en la que ayer estuvieron cortadas en ambos sentidos por las inundación unas cinco carreteras (CA-4107, CA-3110, CA3113, CA 3110 y CA-3112) y en la que el Ejército tuvo que volver a intervenir por los problemas con la electricidad.

Así, según informaron desde Delegación del Gobierno, soldados del II Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM II), con sede en Morón auxiliaron a técnicos de Red Eléctrica de España (REE) para reponer dos tendidos eléctricos de alta tensión.

La Unidad Militar de Emergencia (UME) desplegó la noche del sábado, la del prolongado apagón, a sus especialistas en Jerez para ayudar en la reposición de varias torretas de dos líneas de 220 kilovoltios. Las líneas afectadas son las que unen las subestaciones Don Rodrigo y Cartuja, y la de Pinar del Rey con Cartuja.

Fue REE quien pidió a Delegación del Gobierno en Andalucía apoyo para reponer estas líneas, petición que se trasladó a la UME, que desplegó a 15 militares con dos máquinas de ingenieros, tres vehículos ligeros y cuatro camiones.

Fuentes de Endesa-Sevillana explicaron que los problemas en dichas líneas de transporte en alta tensión que gestiona REE mantienen «en precario» el servicio de distribución de electricidad en esta zona de la provincia, donde el suministro se interrumpió el sábado a las 20.32 horas después de que estas anomalías en el transporte eléctrico forzasen la desconexión de varias subestaciones, aunque la normalidad volvió a las 23.45.

Con todo, la situación del sistema eléctrico en la provincia de Cádiz es «complicada», según Endesa-Sevillana, porque los problemas en las líneas de transporte de alta tensión no sólo han afectado al suministro a los clientes, sino también a la evacuación de la electricidad que generan la docena de centrales ubicadas en la provincia y que constituyen una de las mayores concentraciones de generación eléctrica de la Península.

De hecho, los fuertes vientos de los últimos días dispararon la generación de la potente red de parques eólicos de Cádiz, que cayó en picado al cesar el temporal, lo que causó problemas en la gestión del suministro eléctrico y la desconexión automática de numerosas subestaciones, algunas de las cuales sufrieron, además, inundaciones y daños por el temporal.

Las intensas lluvias de los últimos días también siguen ocasionando consecuencias en otros puntos de la geografía gaditana. Durante la jornada de ayer, aún permanecían cortadas al tráfico doce carreteras, que afectaron a Olvera, Zahara de los Atunes, Bornos, Jimena, Paterna o Medina, además de las de Jerez.

Chiclana también ha sido de las más perjudicadas. Sin embargo, tras un día sin caer prácticamente una gota de lluvia, la localidad amaneció en mejores condiciones. En algunos puntos, sobre todo urbanizaciones irregulares y caminos sin asfaltar del extrarradio, las balsas de agua eran aún visibles pero la sensación entre los vecinos era de que lo peor había pasado. Eso sí, en la jornada de hoy algunos vecinos del Camino del Cercado localizado cerca de El Marquesado, tienen previsto acudir a entrevistarse con la edil de Urbanismo para solicitarle la adopción de medidas de prevención de inundaciones en los accesos a sus viviendas.

Menos importantes fueron las consecuencias en El Puerto, Cádiz y San Fernando, donde las labores se centraron en la recogida de ramas de árboles o carteles que se encontraban en el suelo. En la capital, la playa ha sido la que se ha llevado la peor parte, ya que las zonas de Santa María del Mar o Cortadura han perdido prácticamente toda la arena y ayer se podía ver cómo las olas llegaban hasta la balaustrada. En San Fernando se solventaron a tiempo los destrozos en el aparcamiento de Bahía Sur y se abrió al público sin dificultad.

Los vecinos de la Sierra se recuperan aún de los efectos, aunque las familias que fueron desalojadas el viernes de sus casas en Arcos aún no han vuelto a sus domicilios. Más suerte han tenido los vecinos de Zahara de los Atunes desalojados por el desbordamiento del arroyo de El Cañuelo. Ayer pudieron volver a sus hogares.