Dos empleados del Ayuntamiento de Zahara trabajan en el adecentamiento del pueblo pese a las bajas temperaturas. :: ANTONIO ROMERO
Sierra

Trabajar en la calle bajo cero

Los termómetros llegan a bajar hasta menos cinco grados en algunos puntos de la provincia después de las dos últimas olas de frío Localidades como Zahara y Grazalema sufren las temperaturas más bajas

ZAHARA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La llegada de frentes fríos está afectando a todo el país en las últimas semanas provocado que las temperaturas se desplomen. De esta forma se ha puesto fin a un verano muy largo que ya estaba planteando la posibilidad de que hubiera que comerse los polvorones en manga corta. La provincia no ha quedado ajena a estas bajadas de las temperaturas y el frío se siente en todas las poblaciones.

La zona de la provincia donde, una vez más, se vuelven a dar las temperaturas más bajas es la comarca de la Sierra. En muchas de sus poblaciones el termómetro está bajando de los cero grados, se están produciendo heladas por la noche e incluso ya han hecho acto de presencia los primeros copos de nieve aunque no han llegado a cuajar. En concreto, son Zahara y Grazalema las localidades donde se están registrando las temperaturas más bajas de la provincia, por lo que sus vecinos han prendido ya las chimeneas y han preparado los guisos que ayudan a sobrellevar un duro invierno. Todo ello, a pesar de que estos días las temperaturas están dando una tregua y se alejan de estos valores mínimos. Los grandes perjudicados de este frío intenso son los trabajadores que tienen que llevar a cabo su labor en la calle. Ellos tienen que refugiarse en las chaquetas, guantes, calcetines dobles y cualquier otra prenda que ayude a sobrellevar la jornada laboral. En las pocas obras que se ven en la zona, a parte de las que el Fondo de Inversión Local llevan a cabo en las calles, hace unos días que se están volviendo a encenderse hogueras en bidones viejos de gasolina para, de vez en cuando, acercarse a ellas y tratar de entrar en calor.

Frío en los huesos

Antonio Torres es trabajador del Ayuntamiento de Zahara y cada día inicia su jornada de trabajo a las cinco y media de la mañana. A esa hora, asegura que «el aire corta y resulta irrespirable», añadiendo que «a uno le entran ganas de volverse para casa y sentarse junto a la chimenea o meterse de nuevo en la cama». Él asegura que se soporta la jornada porque «una vez que te pones en marcha, vas de un lado a otro y sin parar, entras en calor y terminas por no notar el frío», destacó. No obstante, destacaba que «el frío en los pies, manos y el que se mete en los huesos no se pasa hasta que llegas a casa y te pones junto a la chimenea un buen rato».

Otro de esos trabajadores que tiene que desafiar al frío es el también zahareño Pedro Galindo. Este jardinero destaca que «por estos lares estamos acostumbrados al frío, aunque este año no terminara de llegar, y lo llevamos mejor que en otros sitios donde no suelen darse estas temperaturas». No obstante, destaca que resulta complicado trabajar y ponerte en marcha cuando «el frío te tiene paralizado». Él recordaba su época de albañil y destacaba que «encima del andamio parado es como más frío se pasa».