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Los senadores demócratas aprueban sin fisuras la reforma sanitaria

Los pocos trámites que faltan pueden modificar levemente la nueva ley, pero no los capítulos aprobados por la Cámara Alta

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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No hubo sorpresas y los 60 senadores que componen la mayoría demócrata en el Senado formaron una piña en la votación decisiva para sacar adelante la reforma del sistema de salud de EE UU. Con ello quedó definitivamente abierta la puerta para que millones de estadounidenses puedan acceder, por primera vez en la historia, a una sanidad pública sin casi ningún tipo de exclusiones.

«Será el mejor regalo de Navidad que el Congreso le ha hecho jamás al pueblo norteamericano», declaró el senador Tom Harkin, en nombre de la mayoría. «Es la reforma que los ciudadanos han estado esperando desde hace varias generaciones», dijo por su parte, Max Baucus, considerado uno de los cerebros de la ley. Aunque el resultado estaba cantado desde que el resistente senador por Arizona, Ben Johnson, diera su 'sí' imprescindible el pasado viernes, la oposición republicana volvió a escenificar su rotundo rechazo a la medida en la la Cámara Alta. Con agrios discursos y buscando por todos los medios retrasar la aprobación, el pleno vivió una jornada interminable hasta que finalmente se votó la propuesta pasada la una de la madrugada del lunes. Los republicanos consideran un «desastre» la iniciativa y reiteraron que el proyecto de ley aumentará los costes en el sistema sanitario.

Barack Obama, que ha apostado buena parte de su prestigio político por el éxito de la reforma, valoró la decisión como una «gran victoria». A su juicio la nueva ley va a marcar «una diferencia tremenda» porque reduce costes y elimina de plano determinadas políticas que emplean las aseguradoras para negar cobertura a los pacientes.

Desde luego, el presidente puede ya respirar tranquilo porque la pérdida de solo un voto demócrata podría haber hundido el plan en el Senado de 100 miembros. Sin embargo, en los trámites que restan para su aprobación definitiva, todavía hay margen para pequeñas modificaciones. De entrada, el proyecto del Senado debe ser refundido con una versión aprobada por la Cámara de Representantes que tiene un estricto lenguaje antiabortista y una opción de seguro gubernamental que fue desechada en la redacción de la Cámara Alta para conciliar intereses con los moderados. El texto resultante debe pasar de nuevo por cada una de las cámaras antes de ser enviado al presidente Obama, pero es poco probable que la iniciativa final se aleje de los aspectos más sustanciales refrendados por el Senado.

La ley, cuyos beneficios excluyen a los inmigrantes ilegales, también impone más límites a los beneficios de las aseguradoras.