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ELDORADO DE LA INMIGRACIÓN LANGUIDECE

La crisis ha terminado con la imagen de España como tierra de promisión. Más de 200.000 extranjeros ya han vuelto a casa en el último añoLa recesión hará que la colonia inmigrante se estabilice en seis millones de personas

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Punto y final. La crisis ha logrado en apenas un año y medio lo que en una década no consiguieron los gobiernos de Aznar y Rodríguez Zapatero: frenar la llegada masiva y, en la mayoría de los casos, irregular de inmigrantes. La recesión ha terminado de un plumazo con la imagen de España como tierra de promisión. Hasta los más desesperados, los africanos que se embarcaban en viajes inciertos por el Mediterráneo o el Atlántico, han reducido sus llegadas a menos de la mitad en los últimos meses. Las cifras no oficiales que manejan los expertos apuntan a que cerca de 200.000 extranjeros han abandonado España en busca de un futuro menos incierto lejos de aquí. La situación ha cambiado tanto que los técnicos, hasta ahora reacios a hacer pronósticos sobre cuánto iba a crecer la colonia foránea, ya se atreven a vaticinar que los extranjeros residentes en España se van a estabilizar en alrededor de los seis millones.

«Las estadísticas son lentas y todavía apenas reflejan el cambio de tendencia, pero ya es una realidad más allá de lo que digan las cifras: la crisis ha provocado una drástica reducción de la entrada de inmigrantes y durante un ciclo largo el flujo de extranjeros se va a reducir». Habla una autoridad en la materia, Miguel Pajares, catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona, autor de los informes 'Mercado de trabajo en Inmigración'.

Las estadísticas, como anuncia Pajares, sólo dan algunas pistas. Apuntan a una desaceleración, pero aún hay pocos datos oficiales que confirmen ese frenazo. Según los últimos estudios del padrón -que contabiliza a extranjeros legales y 'sin papeles', europeos y extracomunitarios-, durante 2008, el año en que estalló la crisis, la población inmigrante creció un 6,3%, unos 330.000 residentes más, hasta llegar a los 5,6 millones. Eso sí, muy lejos del récord de un año antes, cuando la colonia aumentó en algo más de 700.000 personas, un incremento superior al 15% en sólo 12 doce meses.

«La premisa principal para el aumento de población foránea se ha roto. Los inmigrantes viajan donde saben que hay trabajo y el modelo productivo español, que hasta ahora se basaba en la construcción, no necesitará mano de obra en varios años, al menos hasta que España tenga recurrir de nuevo a extranjeros para suplir su déficit demográfico estructural», señala el profesor barcelonés.

El Instituto Nacional de Estadística ha sido la única institución que se ha atrevido vaticinar cuánto va a durar la crisis de inmigración. Según su última proyección de población, la colonia inmigrante se estabilizará entre 2012 y 2018, con un crecimiento cercano a las 350.000 personas anuales, la mayoría por nacimientos ya en España y no por nuevas llegadas. Lejos, muy lejos, quedarán los años en que los extranjeros suponían entre el 75 y el 93 % del aumento de población en el país.

Estabilización

«El fenómeno ha tocado techo», coinciden todos los expertos. Descontando las salidas, el número de foráneos en España parece que se estabilizará en la próxima década en algo más de seis millones, apenas 400.000 inmigrantes más que la colonia actual de acuerdo con el padrón. Esa población supondrá el 12% del total de los 46,6 millones de habitantes, un porcentaje que se sitúa en la media de los países desarrollados y que el Gobierno y las organizaciones del sector consideran «perfectamente asumible», aun en crisis.

Lorenzo Cachón, el presidente de Foro de Integración Social de los Inmigrantes, cree que el dato clave para saber cómo la recesión ha comenzado a pasar factura a los flujos de extranjeros son las contrataciones en origen. «En 2007 nos movíamos en cerca de 250.000 ofertas anuales. En 2008, aunque la crisis había comenzado, el número se mantuvo en 180.000. Este año, según mis datos, no van a pasar de 20.000», apunta Cachón, quien, como Pajares, insiste en que las «malas estadísticas» en España sobre inmigración no reflejan todavía la importancia del proceso, sobre todo porque las cifras oficiales no se hacen eco de los extranjeros que se marchan de España y que no devuelven su tarjeta sanitaria ni se dan de baja en las listas de los ayuntamientos.

«El retorno masivo, por culpa de la coyuntura económica y no por los programas del Gobierno, ya es una realidad en algunas poblaciones del este de Europa y América, al margen de lo que digan los guarismos», señala el presidente del foro. Desde luego, las cifras de los dos planes del Ejecutivo para incentivar la vuelta no son precisamente espectaculares. En un año, al plan del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, sólo se han apuntado 8.724 inmigrantes y 1.581 familiares, casi todos sudamericanos -ecuatorianos, colombianos y argentinos-. A éstos hay que sumar otros 3.160 inmigrantes sin ningún tipo de recursos («vulnerables») repatriados voluntaria y gratuitamente en dos años. El Gobierno sostiene, no obstante, que son cerca de 200.000 los extranjeros que han salido, aunque no consten en las tablas de la administración.

Al margen de la polémica sobre cuántos han vuelto a casa a cuenta de la crisis, lo cierto es que los estudios del Ministerio de Trabajo, que computa a los inmigrantes con 'papeles', es decir, con tarjeta de residencia en vigor, no confirman que haya un brusco frenazo en el crecimiento de la colonia extranjera, aunque dejan ver a las claras ese cambio de tendencia. Desde enero a septiembre, la población foránea legal creció un 5,4%. Es un porcentaje importante, pero es menos de la mitad del aumento que se dio en 2008, y alejadísimo de los años en los que el número de 'legales' se incrementó un 31%, como ocurrió en 2007, o un 38%, como en 2005, cuando la regularización extraordinaria del recién llegado Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dio 'papeles' a cerca de 600.000 irregulares.

El crecimiento en 2009 es menor, pero bastante homogéneo. Entre las 15 nacionalidades con colonias potentes en España, sólo han disminuido en algún en el último año las de ecuatorianos, polacos y húngaros. Pero lo cierto es que nunca antes habían caído esos registros. Todos los demás países suben, tanto si las cifras se comparan por trimestres, semestres o anualidades. Rumanía, la segunda población extranjera en España con casi 730.000 residentes legales, ha crecido en el último año un 1,7%. Eso sí, muy lejos de las subidas de dos dígitos de años anteriores.

Marruecos

La marroquí, la colonia más numerosa en España con casi 760.000 ciudadanos con tarjeta de residencia, también empieza a notar la crisis. Entre septiembre de 2008e igual mes de 2009 aumentó un 11,2%, aunque ese ritmo se ha reducido al 1,2% en el último trimestre. Pero sigue creciendo, como el resto de África, donde la crisis en España es una minucia en comparación de su miseria.

«África tiene una dinámica mucho más compleja porque se desangra de injusticias y de guerras. Los movimientos migratorios desde este continente serán imparables, a pesar de la crisis, del SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), el (dispositivo) Frontex, vallas, muros y visados. No se puede contener el impulso irrefrenable de los migrantes que están huyendo en estas circunstancias tan dramáticas.», explica Javier Galparsoro, miembro del Comité Ejecutivo de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).