En Isla Cristina (Huelva) el terremoto alcanzó 6,2 grados. :: LA VOZ
Jerez

«Sentí un ruido y creí que estaba cayendo una granizada»

Los vecinos de la zona este de la ciudad fueron los que más notaron el terremoto que se registró en Portugal la pasada madrugada

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Francisco Gil dormía plácidamente junto a su familia cuando un terrible estruendo le sobresaltó. Paco, como así le conocen sus amigos, se puso inmediatamente en alerta pues pensó que una terrible granizada estaba golpeando los cimientos de su casa en la jerezana barriada de Pago San José. La hora en la que sucedió todo, las 02.30 de la madrugada, hace corroborar que no se trató del fenómeno meteorológico que él creía sino de otro de dimensiones mucho mayores: un terremoto.

«Sentí un ruido y parecía como si estuviese cayendo una enorme granizada, había muchas vibraciones. Duró al menos diez segundos y la verdad es que me produjo mucha intranquilidad. Y yo vivo en una casa baja, así que imagina el que viva en un piso más alto». El suceso les produjo escalofríos, alimentados por su vieja perra de 16 años que se mostró especialmente nerviosa el tiempo que duró el seísmo.

«Mi perra empezó a llorar y a quejarse, se vino a la habitación porque se puso muy nerviosa y eso me hizo ponerme aún más en alerta». Como corroboraron fuentes del servicio de Emergencias del 112, el terremoto de 6,2 grados en la escala Richter que tuvo el epicentro en el cabo de San Vicente (sur de Portugal) se percibió con especial intensidad en las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, y dentro de ésta fueron la capital, Jerez y Algeciras las ciudades en las que más se notaron sus efectos.

En el caso concreto de Jerez, fueron los residentes de la zona este los que más sintieron el seísmo, especialmente en el entorno del paseo de las Delicias y el Parque Atlántico, ya que Emergencias recibió varias llamadas de alerta y todas procedentes de esta parte del municipio. La mayor parte de las llamadas hacían referencia a una vibración muy fuerte y los interlocutores querían saber de qué se trataba.

Otras zonas: centro y norte

Los profesionales del 112, una vez que se cercioraron de que no se habían producido daños de ningún tipo, aconsejaron de forma somera a los ciudadanos qué hacer en caso de que el temblor volviera a repetirse. No era para menos, ya que tras ese terremoto inicial se registraron hasta siete réplicas a lo largo de la noche, aunque sólo la primera de ellas fue percibida por la población.

En otras zonas del casco urbano también se produjeron ciertos sobresaltos. Charo, una vecina del céntrico barrio de San Miguel, contó a este periódico cómo unas pocas horas antes de que ocurriera el suceso había temblado toda su casa. «Era por la noche. Yo estaba sentada y las adornos navideños que tengo colgados empezaron a moverse y así se llevaron un rato. Encima de la alacena también tengo unos cuadros y los dos se cayeron. La verdad es que me pareció muy raro; tengo una casa antigua y pensé que algo le estaba pasando al techo».

A esa misma hora residentes de la zona norte también han confirmado que sintieron ciertos temblores que, si bien no llegaron a provocarles miedo, sí que les causaron cierto malestar. Uno de los casos más curiosos en este sentido fue el de una escuela situada en la citada zona, cuyos profesores han confesado que efectivamente percibieron algo que les llamó la atención pero varias horas antes, al filo del mediodía.

«Estábamos en clase -relató una docente- y notamos cómo temblaba el suelo. Los pupitres de los niños comenzaron a moverse y no supimos a qué se debía. Yo me creía que era la única que lo había sentido, pero luego mis compañeros también me dijeron lo mismo».

Casi 500 llamadas andaluzas

Esto pudo ser un preludio de lo que acontecería más tarde, pues el seísmo como tal no se registró hasta las 02.30 horas y aunque su escala fue de 6,2 grados, como se ha citado anteriormente, en algunas localidades de Huelva la intensidad del mismo se fijó en cuatro grados mientras que en la provincia de Cádiz descendió hasta tres.

Justo minutos después del terremoto, el teléfono de Emergencias comenzó a sonar y a lo largo de la noche llegó a recibir hasta 490 llamadas relacionadas con este suceso desde diversos puntos de Andalucía. En algunos casos se puede decir que cundió el pánico, como en Isla Cristina (Huelva), donde muchos vecinos abandonaron el pueblo a toda prisa ante el temor de que pudiera repetirse un maremoto como el de 1755.

Fue en ese mismo año cuando ocurrió el seísmo de Lisboa de nueve grados en la escala Ritcher, al que siguió un maremoto del que se dice que dio origen a la formación de Isla Cristina. Según explicaron fuentes municipales, algunos vecinos temen que lo que sucedió una vez pueda repetirse y, en esta ocasión, llevarse al pueblo por delante, motivo por el cual de madrugada -al sentir el terremoto- se apresuraron a coger sus coches y a trasladarse en su mayoría a la barriada de Pozo del Camino, que comparte la localidad isleña con Ayamonte.

En este pueblo, que abandonaron al amanecer, el terremoto también provocó cierto nerviosismo y de madrugada algunos desafiaron al frío saliendo a las plazas a esperar a que todo pasara.