ESPAÑA

Condenados los islamistas que quisieron volar el metro de Barcelona

La Audiencia Nacional considera probado que el ataque era inminente y que seis 'yihadistas' iban a ser suicidas

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a un total de 116 años cárcel a los 11 terroristas paquistaníes acusados de intentar atentar en el metro de Barcelona en enero de 2008. La sentencia, que rebaja sensiblemente las penas que reclamaba la Fiscalía, considera, no obstante, probado que el ataque al suburbano era inminente y que su objetivo era «provocar un elevado número de víctimas».

La Sala impone al jefe del comando, Maroof Ahmed Mirza, la pena más elevada: diez años y medio de reclusión por pertenencia a grupo terrorista en grado de dirigente. El tribunal condena a ocho de los paquistaníes a ocho años y medio de cárcel a cada uno por un delito de pertenencia a banda armada. A los otros dos, además del mismo delito de pertenencia y e idéntico castigo, les suma además otros seis años de reclusión por tenencia de explosivos. El tribunal absuelve a los imputados de la acusación de la Fiscalía de conspiración para atentar y falsificación de documentos.

Finales de 2007

Según la sentencia conocida ayer, la célula desarticulada nació entre finales de 2007 y principios de 2008 cuando el grupo, que se había radicalizado en los últimos meses, decidió contactar con terroristas vinculados a los talibán y ponerse al servicio del líder de Al-Qaida en Paquistán, Baitullah Mehsud.

El jefe terrorista, afirma el fallo, no tardó en enviar 'refuerzos' -cuatro 'muyahidines' con experiencia- a los 'yihadistas' residentes en Barcelona. Entre todos fueron fraguado su plan de atacar el metro en reuniones periódicas en la mezquita Tariq Bin Ziyad de la ciudad condal. En los encuentros, se acordó que dos de los condenados comenzarán a recopilar explosivo. Los islamistas fueron extrayendo nitrocelulosa de un importante número de artefactos pirotécnicos y se hicieron con temporizadores, balines para usar como metralla, además de otros materiales para fabricar las bombas.

Los magistrados revelan que el avanzado plan para provocar una masacre en el metro barcelonés cuatro años después del 11-M madrileño pudo ser frustrado gracias a la delación de uno de los últimos islamistas en incorporarse al grupo, lo hizo el 17 de enero, y que se negó a unirse a los tres comandos, de dos activistas cada uno, que se iban a convertir en 'suicidas' haciendo explotar las mochilas que llevaban.