Zona Franca estudia la viabilidad del nuevo polígono exterior

Sobre el papel, queda muy bien: un gran polígono industrial, con parques, jardines, gimnasios, cafeterías y hasta un hotel. Un lugar donde hacer negocios pero también donde pasear por grandes avenidas. Eso, sobre el papel. Luego está la realidad de los números. La remodelación del polígono exterior de Zona Franca es, probablemente, la gran apuesta de Cádiz para los próximos años. Si el Ayuntamiento pretende que el Mercado Central sea el motor económico del casco antiguo, el de Extramuros tiene que ser, sin otra opción, el recinto exterior.

La rehabilitación, que ya fue la gran apuesta del PGOU vigente y nunca se ejecutó, deberá hacerse por fases y por manzanas. El Consorcio tiene ya un censo en el que se puede ver cómo está el reparto de la propiedad: qué naves están ocupadas, cuáles están alquiladas y 'subalquiladas'.

Pero antes de todo eso, el delegado de Zona Franca, José de Mier, asegura que hay que echar los números. «Todo eso está muy bonito, pero tenemos que ver si es viable desde el punto de vista económico y social en este momento».

De Mier no oculta su opinión sobre el PGOU próximo (aún en fase de aprobación inicial) y es que hay un exceso de terciario y zona comercial, es decir: a su entender, hay demasiadas oficinas y demasiados comercios. Es consciente de que la planificación de una ciudad no puede hacerse para tres días y que esta situación de crisis no durará siempre, pero cree que este planeamiento es «demasiado optimista».

En cualquier caso, el Consorcio tiene voluntad de sacar adelante esta remodelación. Por el momento, además de estudiar la viabilidad, se está trabajando con los estatutos de la sociedad que llevará a cabo esa transformación. «Cada parte -Ayuntamiento y Zona Franca- tendrán el 50%», explicó De Mier. Y no sería la primera vez que se creara una sociedad similar. Ya hubo una en tiempos de Rodríguez de Castro.

«Serán operaciones de cirugía», adelantó el delegado, porque como suele pasar en Cádiz, no hay terreno para trasladar grandes áreas de la actividad y emprender las reformas. Lo que se hará es mover algunas de las empresas a un conjunto de naves que se construirán en Puntales. Las obras de ese edificio de naves se quieren licitar en el primer semestre de 2010 y estarían situadas junto a la planta recién construida de Caladero y los nuevos depósitos de la harinera Vilafranquina, justo frente a la base naval.

Pero eso sí, antes de poner en marcha esta sociedad y empezar a hacer las primeras operaciones, es esencial el estudio de viabilidad económica.

Se desconoce cuál sería la inversión aproximada. Los técnicos del PGOU calcularon que para ejecutar el planeamiento en la Zona Franca y en Cortadura serían necesarios 570 millones de euros. Pero es un cálculo. Como también lo es que, con las nuevas instalaciones, podrían crearse 5.000 puestos de trabajo.

En la situación actual, además, el Consorcio está más interesado en liberar propiedades para conseguir liquidez. Así se espera que en los próximos días salga publicado en el Boletín Oficial del Estado el concurso para la venta de varios activos: los locales de Preferencia y Fondo Sur del estadio Carranza; la parte del edificio Glorieta que queda sin vender, una nave en el polígono de Levante y otra en Las Salinas (El Puerto de Santa María). Con esta operación, esperan conseguir 25.797.691 euros. Incluso, si la iniciativa sale bien, De Mier espera repetirlo con el Fondo Norte, la última fase del estadio terminada.

La afirmación de que Cádiz no necesita tanto sector terciario puede refrendarse con el hecho de que el Consorcio no haya querido entrar en la última fase del Carranza: el derribo y la construcción de un nuevo edificio (que incluye un hotel en las dos últimas plantas) en la Tribuna.