Alberto Contador termina el año como número uno

El ciclista español Alberto Contador (Astana) y la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) recibieron, de manos del presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Pat McQuaid, el galardón que les acredita como el mejor corredor y el mejor país, respectivamente, en el ranking mundial de la temporada 2009.

El doble ganador del Tour de Francia se adjudicó la clasificación mundial, en parte gracias a su victoria en la 'Grande Boucle', por delante de sus compatriotas Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne) y Samuel Sánchez (Euskaltel), lo que hizo que España se adjudicase también el trofeo por países. Tras la entrega del premio, que tuvo lugar en el Hotel Meliá Avenida de América de Madrid, Contador consideró este reconocimiento como "un honor" y equiparó la importancia del premio con la victoria "en el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta Ciclista a España".

"El ciclismo no está valorado como en otros deportes, pero esperamos que poco a poco se vaya dando mayor importancia y reconocimiento. Tiene un valor increíble y para mí es como un trofeo más como puede ser el Tour, el Giro o la Vuelta", apunta el pinteño.

"Fruto del trabajo"

Asimismo, el vigente ganador del la ronda gala asegura que este galardón es "fruto del trabajo" que ha realizado a lo largo de toda la campaña y confiesa que al comenzar el año no podía imaginarse liderar esta clasificación. "Me fueron acompañando las victorias, pero pensaba que a última hora me superarían otros corredores especialistas en clásicas. Otros años ya he estado cerca y para mí es un honor este reconocimiento", ha señalado.

Por su parte, el presidente de la Real Federación Española de Ciclismo, Juan Carlos Castaño, dio la enhorabuena a Contador por una clasificación que "congratula a toda la RFEC" y que "muestra el gran nivel de los ciclistas españoles, a pesar de los numerosos problemas que atraviesa el deporte", indicó Castaño, que disculpó a Federico Martín Bahamontes, que por culpa de la nieve no pudo acudir finalmente al acto, tal y como estaba previsto.