El 'Braveheart' del catalanismo

Con permiso de los 'periquitos', la consulta soberanista del domingo ha logrado el altavoz más mediático de Cataluña: el presidente del Fútbol Club Barcelona. La iniciativa cuenta con el «pleno apoyo» de Joan Laporta (Barcelona, 1962), que no para de coquetear con la política en el tramo final de su último mandato.

Tras participar el pasado 11 de septiembre, en primera fila, en la tradicional manifestación independentista de la Diada, recogió gratamente la oferta de Joan Carretero, ex líder de Esquerra Republicana, para sumarse en el futuro a su nueva agrupación Reagrupament.cat. «Me sentiría muy cómodo en este proyecto con el que comparto una misma forma de pensar», aclaró por si acaso. Reagrupament aspira a presentarse a las próximas elecciones autonómicas de 2010 con un ideario radicalmente soberanista.

Tampoco ha dudado en salir en defensa de los dos históricos ex altos cargos de los gobiernos de Jordi Pujol detenidos en la 'Operación Pretoria', Macià Alavedra y Lluís Prenafeta. Laporta juzgó «humillante» para Cataluña el arresto de ambos, imputados por su presunta implicación en un caso de corrupción urbanística con raíz en Santa Coloma.

Pero los devaneos de este abogado con la clase política no son nuevos. En 1996 ingresó en las filas del Partit per la Independència (PI), escisión de ERC liderada por el ahora convergente Àngel Colom y la periodista Pilar Rahola, que no llegó a cuajar en la sociedad catalana.

Fundador del bufete de abogados Laporta y Arbós, intentó durante años el asalto a la presidencia del Barça, que consiguió en 2003 contra todo pronóstico. Enamorado confeso de la película 'Braveheart', de Mel Gibson, ha impreso sin complejos su devoción por el catalanismo dentro del universo azulgrana. Ha pedido a sus jugadores que hablen y escriban en catalán; ha retirado la bandera española de la Masía, donde se entrena la cantera culé; y ha llegado a desplegar una bandera a favor del Estatut en el Camp Nou.

Momentos complicados

Vive un momento de gloria frente al mejor Barça de la historia, pero también ha conocido episodios bastante complicados. En 2005, por ejemplo, trascendió que su cuñado y ex miembro de la directiva azulgrana, Alejandro Echevarría, había pertenecido a la Fundación Francisco Franco. Superó una moción de censura en 2008 y, más recientemente, su liderazgo ha vuelto a ser cuestionado por casos de espionaje dentro del club.

Ahora parece decidido a acelerar su carrera política. Consciente de que los estatutos del club le impiden liderar un nuevo mandato al frente de la entidad, prepara su futuro profesional lejos de los estadios de fútbol.