Sarah Palin pide a Obama que «boicotee» la reunión de Copenhage por estar «politizada»

La ex gobernadora de Alaska y ex candidata a la vicepresidencia por el partido republicano, Sarah Palin, pidió ayer al presidente de EE UU, Barack Obama, que «boicotee» la cumbre del cambio climático que se celebra en Copenhague. Palin se dirigió al presidente Barack Obama en una columna de opinión publicada en el 'The Washington Post' en la que considera que no debería formar parte de esta «conferencia politizada».

«Nuestros representantes en Copenhague deberían recordar que una buena política medioambiental es la que sabe sopesar los costes y los beneficios y no persigue una agenda política», señala la ex gobernadora, que enumera algunos de sus logros durante su mandato. La conservadora Palin hace referencia al escándalo por el robo de correos electrónicos comprometedores a científicos británicos sobre el cambio climático, que la prensa anglosajona ha bautizado como 'Climagate'.

Los correos electrónicos robados por un pirata informático a la Universidad de East Anglia (Reino Unido) parecen apuntar a una presunta manipulación de datos para exagerar la gravedad del calentamiento global. Estos mensajes, según Palin, demuestran los defectos de la cumbre en curso. Por ello, insta a «boicotear» la reunión, porque «el programa impulsado en Copenhague no va a cambiar el clima, pero va a cambiar nuestra economía para peor».

«No podemos decir con seguridad que la actividad del hombre causa cambios climáticos». Sin embargo, agrega, «podemos decir que cualquier posible beneficio de la propuesta de reducción de gases de está lejos de recompensar los costes económicos».

La ex gobernadora consideró que Obama apoyará «las prácticas fraudulentas científicas» para conseguir un pacto que «no será un acuerdo para el pueblo estadounidense». Palin critica la propuesta de ley de la Administración Obama para fomentar la reducción de gases de efecto invernadero y compensar las emisiones de CO2 en Estados Unidos.

«Lo que Obama realmente espera a la vuelta de Copenhague es presionar a los demócratas» para que aprueben esa ley, que, a su juicio, es una «legislación equivocada», dijo.