ESPAÑA

España avisa de que impedirá que Aminatu Haidar muera de hambre

Moratinos asegura que «respeta» la expresión de su posición política, pero entiende que lo principal es «evitar un desenlace fatal»

MADRID. Actualizado: Guardar
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España impedirá que la huelga de hambre que mantiene Aminatu Haidar tenga un desenlace fatal. Así lo anunció Miguel Ángel Moratinos ayer desde Bruselas. El Ejecutivo español empleará la baza judicial para no permitir, llegado el caso, que la activista saharaui pueda morir. Un riesgo que aún no es inminente, pese a que lleva 23 días sin ingerir alimentos sólidos, según los informes médicos que obran en poder del juez del caso.

La postura del Ejecutivo choca con la voluntad expresada por Aminatu Haidar, que ayer volvió a reiterar su idea de proseguir con su ayuno hasta que no se encuentre en El Aaiún con sus hijos. Es más, Inés Miranda, abogada y portavoz de Haidar, advirtió de que su defendida iniciará acciones penales contra aquellos que la fuercen a alimentarse.

La solución a este conflicto se aleja ante el anquilosamiento de las tres partes en litigio. España, tras el incidente del intento fallido de repatriación del pasado viernes (un avión con Haidar y una delegación española abortó el despegue de Lanzarote por la negativa marroquí), ha renunciado a presionar a Marruecos para que le devuelva el pasaporte que le retiró a Haidar el pasado 13 de noviembre. El ministro de Asuntos Exteriores, no obstante, sostiene que los contactos diplomáticos entre Madrid y Rabat se mantienen.

El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, sin embargo, se esfuerza ahora, por un lado, en convencer a la activista de que debe buscar una manera diferente «de ejercer su posición política con la misma eficacia y contundencia» y, por otro, en recabar el apoyo unánime del Congreso para poder actuar con mayor contundencia. Como cuestión previa se esmera en responder a una de las claves en esta crisis: ¿por qué aceptó que Aminatu viajara desde El Aaiún a España sin pasaporte el pasado 13 de noviembre? «Por razones humanitarias y en aplicación de la Ley de Extranjería, porque la señora Haidar tenía el permiso de residencia en regla», reiteró ayer Moratinos.

Una respuesta que, de momento, no convence al PP. Soraya Sáenz de Santamaría afirmó ayer que el Gobierno español tiene el apoyo de los populares «para exigir a Marruecos que pueda encontrarse una solución», aunque responsabilizó a un «débil» José Luis Rodríguez Zapatero de la actual situación. «El Gobierno está en un callejón sin salida en el que se ha colocado él mismo, y probablemente si hubiera sido mucho más escrupuloso a la hora de cumplir las leyes españolas, no habríamos llegado a esta situación», apostilló la portavoz del grupo del PP en el Congreso.

«Dignidad»

El Gobierno de Marruecos, por su parte, mantiene la exigencia de que la saharaui se disculpe públicamente antes de otorgarle un nuevo título de viaje que le permita regresar a El Aaiún. Éste es el objetivo último de Haidar, pero no a cualquier precio. Considera una cuestión de «dignidad» recuperar su pasaporte, porque entiende que se lo requisaron de manera ilegal, tras más de doce horas de duros interrogatorios. Por ello, continúa rechazando dos propuestas de España que posibilitarían abandonar el aeródromo de Lanzarote: otorgarle el estatus de refugiada política o concederle la ciudadanía española.

La carta que han enviado a los medios de comunicación los hijos de Haidar, Hayat y Mohamed el Kossimi, de 15 y 13 años, respectivamente, pidiendo ayuda a todos los padres y niños del mundo para lograr volver a reunirse con su madre, ha tenido una importante repercusión internacional. La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, indicó ayer: «Desde aquí hago un llamamiento por el respeto del derecho de Aminetu Haidar a regresar a su país, donde además viven sus hijos y es donde tiene que estar». La Alta Comisionada, que evitó nombrar de forma directa a Marruecos o al Sáhara Occidental, aseguró que «conoce el caso y lo sigue de cerca» porque «ha estado en contacto» con los dos gobiernos (Marruecos y España).