El Doce tendrá su monumento emblemático al segundo intento

El cumpleaños número 200 del momento cumbre debe dejar huella. Se cumplirán dos siglos del instante en el que Cádiz fue protagonista absoluta de la Historia de España y de Iberoamérica.

El primer centenario dejó un rastro, aunque con retrasos y anecdotario, que resulta reconocible por lugareños y visitantes: el hemiciclo blanco de la plaza de España.

El segundo, que se celebra en apenas dos años, también tiene que dejar un poso monumental en la ciudad. Ese fue siempre el propósito del Ayuntamiento de Cádiz y el Colegio Oficial de Arquitectos, en colaboración con otras instituciones públicas y culturales.

El empeño sigue vigente. Ha sufrido amenazas, pero sigue vivo. El desencanto estuvo a punto de hundirlo en enero de 2007. En esa fecha, el concurso de ideas convocado por la entidad colegial y la administración municipal quedó desierto. Se presentaron hasta 48 ideas de distintos autores, parejas o equipos para levantar un monumento al Bicentenario de la Constitución de 1812. Ninguna convenció.

El primer premio quedó desierto y, la iniciativa, congelada. Los que más cerca estuvieron de conseguir la firma del nuevo emblema patrimonial e histórico de Cádiz fueron dos parejas de jóvenes profesionales. Marta García y Alejandro Salazar, por un lado, y Carlos de Miguel y Francisco Javier Haro, por otro, obtuvieron el segundo y tercer premio, respectivamente. Sus propuestas fueron las que más gustaron, pero no lo suficiente. Nadie se alzó con el premio mayor y, de paso, la idea del monumento que recuerde el segundo siglo de La Pepa quedó aparcada.

Durante estos dos años, el empeño por dejar rastro monumental del Doce parecía dormido. Sin embargo, fuentes oficiales del Ayuntamiento de Cádiz y del Colegio de Arquitectos confirmaron ayer que la iniciativa vuelve a estar en marcha. Ambas partes han definido durante los tres últimos meses los detalles que tendrá que reunir el concurso de ideas para que, esta vez, sí aporte el fruto que desean todas las partes: un diseño que pueda plasmarse en una obra real para el recuerdo de todos los ciudadanos.

«Acuerdo cerrado»

Aunque ambas instituciones aseguran que los detalles de la convocatoria «están ya cerrados» aún no quieren hacer públicos matices como posibles dimensiones, premisas para los participantes, plazos y, sobre todo, ubicación estimada.

Tanto los técnicos municipales como distintos portavoces del colegio profesional se decantan por el entorno de la plaza de Sevilla, aprovechando la completa reconfiguración que va a sufrir, o por algún entorno visible y transitado del frente portuario que va desde ese punto hasta la plaza de España. A falta de los detalles, el acuerdo fundamental es activar la convocatoria cuanto antes, para dejar un margen de dos años para su construcción e inauguración. Faltan 27 meses para la fecha clave y las prisas empiezan a marcar la agenda.

El objetivo es aprender de lo sucedido en el primer centenario de la Constitución. En el único precedente similar, la construcción del hemiciclo de la plaza de España se convirtió en una historia de dificultades. Después de una compleja polémica ciudadana por el derribo de las murallas (paso previo para ganar terreno), los trabajos comenzaron justo el año en el que deberían estar terminados: en 1912. Tras una larga lista de incidencias, accidentes, dificultades económicas y escasez de materiales, el monumento fue inaugurado el 2 de mayo 1929. Nada menos que 17 años después de la efeméride.

Obviamente, un siglo después nadie está dispuesto a tolerar un anacronismo similar. Ni siquiera 17 meses de dilación serían bien entendidos esta vez.