Sociedad

Premio a un poeta cotidiano e irónico

El Cervantes reconoce el liderazgo intelectual de José Emilio Pacheco en MéxicoEl galardonado practica una poesía que mira al mundo desde sus raíces mexicanas

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En España su nombre sólo suena a los iniciados, pero en México su obra y trayectoria se estudia desde Secundaria y en las salas donde da conferencias no suele caber un alfiler. José Emilio Pacheco, ganador del Premio Cervantes 2009, es uno de los más claros ejemplos de la distancia que actualmente pone el Atlántico. Amigo de Octavio Paz, su maestro, y compañero de generación de Sergio Pitol, también ganador del máximo reconocimiento de las letras hispanas, Pacheco destaca por una poesía limpia e inspirada en la la vida cotidiana, a la que mira con la ya clásica distancia irónica de los poetas modernos. Es esta combinación la que le ha hecho llevarse este galardón, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 125.000 euros.

El autor mexicano, que acaba de cumplir 70 años, también ha destacado como novelista y también como traductor. El trabajo en la versión al español los 'Cuatro cuartetos', de la gran figura del modernismo, el estadounidense T. S. Eliot, fue su particular escuela poética, y la obra marca buena parte de su obra. Hace dos semanas recibió el Premio Reina Sofía, uno de los más importantes destinados a la poesía, y la Feria del Libro de Guadalajara abrió su última edición el pasado domingo, con un homenaje a su trayectoria.

Pacheco es un exponente de una generación de mexicanos muy cultos, asociados al gran motor cultural de su país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su relación de amistad con Octavio Paz se prolongó durante tres décadas, con sus altibajos, y fue especialmente intensa en el último año de la vida del premio Nobel.

De él ha heredado una visión del intelectual mexicano como una combinación de sus fuertes raíces históricas con el cosmopolitismo del siglo XX. Entre sus libros cabe destacar 'El reposo del fuego', 'Irás y no volverás', 'Miro la tierra' y 'Contraelegía', publicado en 2007. Su obra entre los años 1958 y 2000 se reunió en el volumen titulado 'Tarde o temprano'.

El segundo de su barrio

Según declaró ayer el escritor, cansado por las últimas celebraciones, el Cervantes no sólo es para él, sino «para toda la literatura mexicana, que no sale mucho de sus fronteras». Este año tocaba un ganador latinoamericano, ya que el año pasado se lo llevó Juan Marsé y una ley no escrita dicta que los premios deben alternarse entre ambos lados del Atlántico.

De hecho, el anterior a Marsé fue Juan Gelman, poeta argentino que reside en la misma zona de México DF que Pacheco, una proximidad que, según él, le impide declararse el mejor escritor de su barrio. A la última votación, además del vencedor, llegaron otros dos mexicanos, Fernando del Paso y Elena Poniatowska, y Ana María Matute, cuyo nombre se viene repitiendo en las últimas ediciones.

Nacido en 1939, el galardonado estudió en la UNAM, donde se encontró con la mayoría de los escritores que luego formarían la Generación de los Cincuenta, como Pitol, Carlos Monsiváis y Juan García Ponce. Los lectores de la revista 'Letras Libres', sucesora de 'Vuelta', la histórica publicación fundada por Octavio Paz, le eligieron en 2002 como el mejor poeta vivo.