CÁDIZ

Mi gran afición no es el Carnaval

No sólo suenan los sones del tango o el cuplé en sus vidas. El 'Scalextric', el cine, la cocina o la fotografía son sus diversiones cuando acaba febreroCuatro caras conocidas de la fiesta comentan sus pasiones más allá del bombo y la caja

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Es inevitable pensar en Carnaval cuando escuchamos hablar de Paco Cárdenas, Julio Pardo, José Guerrero, 'Yuyu', o Juanma Canseco. Sus nombres están grabados con fuego en la inagotable cantera del humor y el ingenio que representa la fiesta gaditana. Sin embargo, no todo es Carnaval en sus vidas. Por la cabeza de estos populares carnavaleros no sólo suenan los compases del tango, el pasodoble o el cuplé que tanto les han dado. Los sueños de Cárdenas, Pardo, Canseco y Yuyu también se alimentan de diversiones infantiles, de sabrosos paladares, de ficción o de momentos únicos plasmados en papel que una vez que pasa el mes de febrero se convierten en sus verdaderas pasiones. Entonces, el Carnaval pasa a ser su segunda afición.

Paco Cárdenas

Aficionado al 'Scalextric'

Es domingo y Paco Cárdenas recorre a paso lento el baratillo de objetos antiguos del casco histórico. No busca pitos de caña ni utensilios con los que representar el tipo de su chirigota en el Falla. El que fuera presidente de la Asociación de Autores no quiere coplas, quiere coches, réplicas de los clásicos españoles con los que incrementar su colección de los conocidos como Slot car, pequeñas miniaturas a las que Cárdenas ha dedicado muchos años de su vida. «Mi primer 'Scalextric' me lo pusieron mis padres por Reyes. Yo tenía sólo ocho años y desde entonces, todos los 5 de enero me ponen alguno. El último fue un clásico, un Renault Alpine A110», apunta.

Una de las ambiciosas pujas que realiza a través de 'eBay', el portal de compraventa más importante de la red, le llevó a gastarse 160 euros en una auténtica pieza de colección. «Pero eso fue cuando yo trabajaba en Delphi, ahora que estoy parado cualquiera le dice a mi mujer que me voy a gastar ese dinero en un coche», confiesa resignado Cárdenas. Gracias a estas subastas y a su pertenencia al Club Nacional del Scalextric, hoy tiene un precioso escaparate de 60 coches, que mantiene guardados en dos maletines protegidos como si fuera un pirata que esconde su mayor tesoro. Sólo deja ver una pequeña muestra de esta colección en una de las vitrinas de su salón. Un FIAT 500 o un R8 son precisamente algunos de los elementos más valiosos de esta habitación que a veces se convierte en el escenario de algún Gran Premio cuando recibe la visita de sus sobrinos.

Julio Pardo

Un enamorado de la cocina

Tiene predilección por la cocina. Sus 30 metros y los numerosos utensilios que cuelgan de cada una de sus paredes lo dejan entrever. Por eso, Arguiñano es una cita obligada a diario: «Si no lo veo me cabreo», asegura el autor de coros. Sus hijos no pasan sin su rollito de salmón con merluza y rape con salsa de gambas o sin su cordero, dos de sus especialidades. Para él, nada mejor que un menudo elaborado con productos de calidad y cocinado a fuego lento durante cinco horas. Algunas más pasa en el rincón favorito de su casa cuando llegan las fiestas navideñas y sus recetas no paran de convertirse en platos de restaurante de lujo. Además, para Julio Pardo hacer la comida no es sólo meterse en la cocina. «Yo cocino en mi casa los 365 días del año y esto supone que yo pienso, compro y congelo», presume

Como buen cocinero, le gusta contar con todos los ingredientes en su mesa de trabajo y con numerosas especias. Sus amigos le han obsequiado con algunas de países como India o Brasil y cuenta con toda una muestra de productos de Huelva, Granada o de la Sierra de Cádiz. En total, ha conseguido reunir 40 especias diferentes.

No es maniático a la hora de preparar sus platos pero no pasa sin un buen cuchillo y prefiere una camiseta al delantal a la hora de ponerse manos a la obra. Entre sus prioridades está «lo que se puede ver mientras se come» y no comulga con la cocina de diseño.

Juanma Canseco

Pasión por el cine

Las dos mil películas en DVD ordenadas y archivadas, que reposan en las estanterías de una de las habitaciones de su casa, hacen presagiar que Juanma Canseco no sólo dedica su tiempo libre a salir en chirigotas. De hecho, en el momento en el que hablamos con el integrante del grupo del Yuyu, éste se encuentra en el sofá viendo una película junto a Carmen, su hija de seis años, que también ha heredado la afición al cine que su padre profesa desde que era pequeño. «Recuerdo que mi padre me llevaba mucho al cine», explica Canseco mientras va recordando sus películas favoritas. 'El tercer hombre', 'Ciudadano Kane', 'El Padrino', 'El hombre que mató a Liberty Valance', 'Centauros del Desierto', 'Vértigo', 'La Dolce Vita', 'Regreso al futuro', 'El Sur' o 'Raíces Profundas' son algunos de sus títulos preferidos, aunque nombra otros muchos para los cuales no habría páginas suficientes. También recuerda la obra de muchos directores, sobre todo de John Ford.

Canseco también es un fanático del ritual del cine. «Por eso me fascina el estreno, las palomitas, el olor, el esperar con expectación una película que estabas deseando ver», confiesa entusiasmado el chirigotero. Sin embargo, este cinéfilo no es exigente ni sectario a la hora de elegir un género, un actor o a un director. «Pienso que el mejor cine es aquél que es capaz de satisfacer al más crítico, al más exigente y al más llano», afirma.

José Guerrero, 'Yuyu'

Un fotógrafo en la sombra

Ver a Yuyu merodeando por el estadio Ramón de Carranza cada domingo con su cámara a cuesta no es fruto de la casualidad. Es cuestión de afición. José Guerrero compatibiliza su trabajo con sus dos pasiones: el Carnaval y la fotografía. Su disco duro contiene más de cincuenta mil imágenes, la mayoría de viajes y eventos deportivos. El fútbol, la Fórmula 1 o los grandes premios de Motociclismo componen las numerosas galerías que el chirigotero tiene colgadas en la página de 'Flickr'. «La verdad es que no, no aparezco en ninguna, sobre todo, porque suelo viajar solo y no me gusta cargar con el trípode. Sólo salgo con algún personaje que me guste, o con 'frikis'», bromea.

Su admiración por el objetivo comenzó cuando era pequeño, aunque fue hace una década cuando se hizo con un equipo valorado en 12.000 euros. Entre sus fotografías preferidas se encuentran las de ciudades italianas que visitó hace algunos meses, como Venecia o Roma y guarda especial interés por la que aparece junto al piloto Michael Schumacher. «También le hice una al Rey en el Gran Premio de Jerez, un primer plano», apunta.