Jerez

La historia se resiste a la piqueta

La ciudad perdió más de una cuarta parte de su caserío histórico en los últimos 50 añosEl Ayuntamiento ha creado la Carta Arqueológica de la ciudad para evitar más destrozos en el patrimonio

JEREZ. Actualizado: Guardar
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En los últimos 50 años la ciudad de Jerez ha perdido más de la cuarta parte de su caserío histórico y en algunos casos las nuevas construcciones han destruido también parte del sustrato arqueológico. «Somos la primera generación que estaba metiendo máquinas y destruyendo el subsuelo. Había que controlarlo pero de una forma que no fuera un choque para la ciudad», explica directora del Museo Arqueológico, Rosalía González. Para evitar que estas cifras vuelvan a repetirse, el Ayuntamiento ha elaborado la Carta Arqueológica de Jerez, un documento que analiza palmo a palmo las 213 hectáreas que componen la ciudad (el núcleo urbano) con sus estructuras emergentes (edificios) y el subsuelo para proteger posibles restos históricos enterrados.

«La arqueología debe llegar al mismo tiempo que la obra porque la historia se nos estaba yendo de las manos», continuó González, que junto a otros técnicos municipales empleó unos tres años en elaborar el documento. No es más que un plano de la ciudad en el que se detallan diferentes niveles de protección por los que se debe regir cualquier actuación que pueda alterar los elementos protegidos de forma que se concilie el desarrollo urbanístico con la protección patrimonial. Así, cualquier ciudadano que acometa una reforma de su vivienda ubicada en zona de alto riesgo de aparición de restos valiosos contará con supervisión arqueológica y un tipo determinado de intervención: excavación en extensión, sondeos, control de movimientos de tierra o análisis de estructuras emergentes.

«Este documento revela el compromiso de la administración pública con la conservación del patrimonio», aseguró por su parte la delegada de Cultura, Dolores Barroso. «En Jerez se ha perdido mucho en obras particulares y ha habido expolios. Junto a la estación se derribó un edificio racionalista y se han tirado muchas bodegas», continuó. «Con la Ley de Patrimonio Histórico y la Carta Arqueológica hay que hacer un trabajo impoluto para subsanar el pasado todo lo posible», aseguró.

Este instrumento ha servido, entre otras cosas, para reflejar sobre plano determinados aspectos históricos del desarrollo de la ciudad que se intuían pero que no se habían visualizado hasta ahora. Por ejemplo, los historiadores tenían la sospecha de que las tradicionales casas de vecinos de Jerez estaban vinculadas a las bodegas. El estudio detallado de cada una de las parcelas de la ciudad y la ubicación de los complejos bodegueros ha constatado que existía esa relación y que este tipo de viviendas se levantó junto a las principales bodegas. «Habiendo confirmado esto, tenemos que promover la conservación de las casas de vecinos porque forman parte de nuestra historia», explicó González. De hecho, la Carta Arqueológica propone la inclusión en el PGOU con categoría de interés genérico del patio de vecinos de la calle San Onofre número 3. «Nuestro trabajo cada día es una sorpresa porque trabajamos con recursos originales. No hay nada igual», destacó. Entre las conclusiones del documento, destaca la petición para Bien de Interés Cultural de siete inmuebles históricos de la ciudad entre los que hay edificios religiosos y residenciales así como otros niveles de protección para elementos que no están incluidos en ningún catálogo.

El documento fue elaborado por arqueólogos, arquitectos e informáticos pertenecientes a Cultura, Urbanismo y Jesytel, coordinados a través de la dirección del Museo Arqueológico. En total, se han controlado más de 3.300 parcelas a las que hay que añadir otros 338 registros correspondientes a vías públicas. En 2005 -cuando la Carta Arqueológica se dio por cerrada para su publicación- se habían ejecutado en Jerez un centenar de intervenciones arqueológicas mientras que hoy se han superado las 130. La intención del Ayuntamiento es realizar la Carta Arqueológica de todo el término municipal, de más de mil metros cuadrados. «Jerez es un yacimiento arqueológico en sí mismo», insistió González. De hecho, se han encontrado restos en los terrenos de la Ciudad del Transporte, los Villares o las inmediaciones de La Cartuja.

Análisis de la historia

Jerez, por lo hallado hasta ahora, es una de las primeras ciudades almohades. «Según las últimas hipótesis, su fundación podría ser anterior, pero con los datos en la mano, es almohade», certificó la arqueóloga. El inicio de la construcción de la Ciudad del Flamenco en la plaza de Belén proporcionó materiales del siglo X, es decir, anteriores.

Los arqueólogos jerezanos pudieron desvelar hace solamente unos años uno de los principales misterios de la historia de la ciudad. «No había aparecido ninguna necropólis y todas las ciudades sin excepción tienen un sitio para los muertos. No había siquiera una referencia de otros historiadores», recordó la especialista. La respuesta estaba bajo las losas de la céntrica plaza del Arenal. La construcción del aparcamiento subterráneo dejó al descubierto decenas de enterramientos.

Entre otras hipótesis, los arqueólogos esperan confirmar la existencia de la estructura de un puente en el subsuelo de la Alameda Cristina y otra posible necrópolis en Puerta de Sevilla. «Hoy ya se está asumiendo la protección del patrimonio y el grado de pérdida de restos desciende notablemente», continuó. Por ejemplo, los arqueológos municipales sabían que en la calle Nueva iba a salir una necrópolis -como así ocurrió este verano- y «que también iba a haber una en la calla Taxdirt».