Emoción en una bodega que se convirtió en salón de plenos

Unas 500 personas representantes del mundo del vino, de la cultura, la política, la Iglesia y de todos los estamentos de la sociedad jerezana se rompieron anoche las manos aplaudiendo de pie al elegante caballero de 86 años que subió al estrado situado en la bodega La Concha para recoger de manos de la alcaldesa, Pilar Sánchez, y acompañado de su esposa, Milagros López de Carrizosa, el pergamino que lo acredita como Hijo Predilecto de Jerez.

«Jerezano y ahora predilecto. ¿Qué más se puede pedir?», dijo ayer en señal de agradecimiento el marqués de Bonanza, al que antes la primera edil se había referido como «la imagen de la caballerosidad, un hombre culto, afable e inteligente que tiene toda la simpatía y el cariño de su pueblo».

Fueron muchos los representantes del 'mundo civilizado'-ése que bebe vino de Jerez, como destacó el escritor Aquilino Duque- que quisieron compartir ayer con Mauricio González-Gordon el reconocimiento como Hijo Predilecto en el marco de un pleno extraordinario que, por deferencia a él y de forma absolutamente excepcional, trasladó la sesión a las instalaciones de la emblemática bodega González Byass.

Allí, en su casa, y rodeado de los concejales de la Corporación, escuchó como el edil Francisco Lebrero leyó el expediente que ha hecho posible este reconocimiento, para luego dar paso al discurso emotivo de Duque, amigo personal del homenajeado, que glosó la figura de este jerezano nacido «en la tierra de Shakespeare con la que tantos vínculos ha tenido el vino de Jerez» y del que llegó a decir que «en el momento de su nacimiento fue envuelto en un ejemplar de 'El Guadalete'».

Después, la alcaldesa le hizo llegar el cariño de toda la ciudad y llegó el momento de la entrega de la enseña que lo reconoce como Hijo Predilecto, lo que arrancó del homenajeado un sincero: «Gracias Jerez».