Los testigos de la defensa culpan al alcalde de crear tensión en Fago

Cuando quedan escasos días para que termine el juicio de Fago, la defensa de Santiago Mainar llamó ayer a declarar a familiares, amigos y vecinos que mantenían buena relación con el acusado. Los testigos recalcaron el «ambiente de tensión» que vivía el pueblo por culpa del regidor.

La hermana del único imputado en el proceso, Marisa Mainar, defendió «firmemente» la inocencia de Santiago y aseguró que «jamás» apreció una actitud hostil o sospechosa que indujera a pensar que escondía algo. Según su testimonio, su hermano es una persona «culta, idealista y solidaria», y confirmó que Santiago le contó que en algunas ocasiones el coche del alcalde le obstaculizaba el paso a su garaje y a su granja.

De esta forma, Marisa Mainar quiso apoyar con su declaración a su hermano, quien desde un principio justificó que el hallazgo de los restos de su ADN en el coche de Miguel Grima se debía a que en ocasiones se veía obligado a apartar el vehículo del primer edil. Este extremo también fue ratificado por otro de los testigos, Enrique Orduna, que declaró haber visto alguna vez el Mercedes de Grima aparcado en el badén de la finca de Mainar.

En la vista oral quedaron de manifiesto las discrepancias que había en Fago con la gestión municipal de Miguel Grima, quien se volvió muy estricto al llegar a la alcaldía. Uno de los testigos, Miguel Ángel Puyo, reconoció que la muerte del alcalde «no le produjo ninguna tristeza» y, aunque a preguntas del fiscal dijo que no es justificable pegar una paliza a nadie, argumentó que a veces «no hay otro remedio». La respuesta del fiscal fue taxativa: «Su sentido democrático de la vida me alucina».

Alejandro Coloma afirmó que «siguen pensando que el alcalde era un tirano, a pesar de su muerte». Coloma también alegó que nunca sospechó de Santiago Mainar, ya que jamás le oyó ninguna amenaza en contra de Miguel Grima.