ESPAÑA

«Una cacerolada» para salir de la Moncloa

VALENCIA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El PP pronosticó que José Luis Rodríguez Zapatero saldrá de la Moncloa por «el grito del pueblo» en forma de «cacerolada». El vicesecretario de Comunicación del partido opositor, Esteban González Pons, se declaró «convencido» de que ése va a ser el fin del presidente del Gobierno por su incapacidad para enfrentar la crisis.

El dirigente popular reclamó al jefe del Ejecutivo que no haga «oídos sordos a la voz de la calle», en alusión a la concentración de agricultores este sábado en Madrid. «Por primera vez, desde que se inició la crisis, los ciudadanos salen a la calle» para exigir al Gobierno que «reaccione» ante la crisis, constató González Pons, quien atribuyó esa movilización a que no se percibe que exista «preocupación» en las esferas gubernamentales por la situación económica.

«El pueblo», añadió, «está cansado de que no haya política económica» mientras Zapatero «echa la culpa a todos antes de asumir que no sabe nada de economía». González Pons apeló al tono apocalíptico y manifestó que «lo único que puede salvar a España» de la crisis es que el gobernante socialista «se marche» y su partido «ponga a otro presidente del Gobierno» que, al menos, «sepa por donde vamos».

En lugar de eso, lamentó, el PSOE se dedica a celebrar actos de festivos, «como en Eurodisney», en alusión al mitin que celebraron ayer los socialistas en Madrid con la presencia de Zapatero y los 'pesos pesados' del partido. En esos encuentros, dijo González Pons, hubo «fuegos artificiales, caramelos, piruletas, luces de colores, alegría y pantallas de vídeo» mientras «la España real no llega a fin de mes». El presidente del Gobierno, abundó, prefiere hacer una «fiesta carnavalesca» para hacer creer a los ciudadanos que tiene «la varita mágica» contra la crisis.

El vicesecretario de Comunicación del PP tocó diversos puntos en su conferencia de prensa, entre ellos, el sistema de intercepción de comunicaciones Sitel, que utiliza el Ministerio del Interior y que, a su juicio, «es el 11888» de Alfredo Pérez Rubalcaba para enterarse de todo lo que hace y dice la oposición. Volvió a exigir al Gobierno que impulse una ley orgánica para regular el uso de este sistema y garantizar su legalidad.