Del sobresalto a los bares hasta arriba... a toro pasado todo. La conversación fue monotemática

A toro pasado, muchos gaditanos convirtieron lo que podía haber sido una gran tragedia en una anécdota de primera. Hasta el conocido chirigotero y pregonero del Carnaval 2010, José Luis García Cossío, tuvo tiempo de apearse de su vehículo frente al Campo de Las Balas para comprobar in situ que ocurría y, quizá de paso, tomar notas para algún cuplé en ciernes.

Desde San Antonio a La Viña, desde Mina hasta la plaza de la Cruz Verde, los comentarios y corrillos en los atestados bares y restaurantes fueron la tónica habitual durante toda la jornada.

Tras el tremendo susto, muchos gaditanos aseguraban entre bromas «haber visto la muerte de cerca». José Manuel Baliño, el joven dependiente de una pequeña barraca en pleno corazón de La Viña, reconocía «haber cerrado la baraja del comercio nada más ver el segundo toro», e ironizaba: «Ya no me apetecía ver más».

Era inevitable. El rodaje de Knight & Day había convertido en un momento imborrable. «Dentro de unos años todo el mundo se acordará de que en La Viña hubo un encierro, y eso no es poca cosa», aseguraba Ángel de la Torre, después de desdramatizar con humor. «No ha sido para tanto, si sólo pesaban 500 kilos», bromeaba. A medida que la tarde avanzaba, los operarios de la productora recogían sus bártulos, y el trasiego de camiones crecía en la zona acotada de la San Antonio.

Precisamente, en el entorno de la plaza se agolparon cientos de curiosos, dispuestos a aprovechar el buen tiempo del domingo. Los bares y terrazas estuvieron llenos durante el resto de la tarde. Ni el sobresalto espantó el ambiente. Poco antes de las cinco, LA VOZ fue testigo de cómo un camión de transporte animal, escoltado por un policía motorizado, llevaba de vuelta al campo a la decena de toros que tanto dieron que hablar.